DESDE LA TIERRA
Héroes y poetas
Héroes y poetas
Lupe Cajías.- No es la primera vez que recuerdo a mis héroes preferidos, los poetas Alejandro Pushkin y José Martí, de quienes tomé sus nombres para mi hijo, porque representaron en el Siglo XIX la lucha contra la opresión imperial, sin perder la pasión amorosa y la ternura por los niños y el asombro ante las maravillas naturales.
Los héroes que combinan la fiereza necesaria en las batallas con la serenidad y el reposo que inspiran sus rimas y metáforas, son aquellos seres imprescindibles en la historia de la humanidad. Los Robespierre se limitan a torturar, a vejar, a matar. Aun cuando hablen a nombre de libertad, antiimperialismo o descolonización, suelen acabar tan sanguinarios, perversos y corruptos como el viejo sistema.
El Siglo XX regaló a los utópicos tres héroes de singular trayectoria, cuya herencia parece imposible en esta nueva centuria de estropicios, cuando los rebeldes se apresuran a convertirse en nuevos amos, más consumistas que los anteriores, más neoliberales que los blancos, más despóticos que los uniformados.
Mohandas Gandhi no era un miembro de las castas hindúes más explotadas y tuvo la oportunidad de estudiar en las mejores universidades del imperio británico. Desde joven inició su lucha por la libertad y la soberanía de su patria, la extensa India, y su apego por escritos de poetas y sabios. No fue sólo un patriota, sino un ser humano capaz de sacrificarse a sí mismo para combinar la subversión con la espiritualidad.
Martin Luther King comprendió que los textos bíblicos originales contenían tanta belleza estilística como fortaleza anímica para sustentar su resistencia a la segregación racial en su patria, Estados Unidos de América. Era un lector incansable y sus discursos no se limitaron a las consignas, mucho menos a los gritos, a los insultos o a atacar personalmente a sus enemigos. Convocó siempre la dignidad de todos los hijos del Señor. No sólo ganó las batallas inmediatas sino que derrotó moralmente tanto al sistema como a quiénes lo sustentaban.
Ni duda cabe que, de todos los héroes poetas, el mayor es el sudafricano Nelson Mandela, un ser humano que deja una estela imposible de igualar. Mandela estudió como Gandhi y aprovechó sus escasos momentos de descanso para aprender más, incluso sobre la cultura de los racistas. En la cárcel, en vez de alimentar el odio, optó por la poesía, obras que prepararon su ánimo para el perdón. Todo lo que se escriba en su honor será siempre insuficiente. Los gobernantes lo alaban, pero, ¿cuál de ellos lo imitará, quién soltará su agrio rencor?
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