LA NOTICIA DE PERFIL

Visita anual de potosinas

Visita anual de potosinas

Paulovich.- Este último fin de semana, o “uiquen”, como dice pintorescamente mi pariente espiritual nacida en Quillacollo, asistimos al baile organizado por la Federación Plurinacional de Yatiris, en vísperas del lanzamiento del satélite espacial “Tupac Katari” fabricado por una empresa china para nuestro país por encargo del astronauta Evo Morales y la Agencia Espacial Boliviana.
Mis amigos yatiris se adelantaron en celebrar porque algunos de ellos formarán parte de la nutrida comitiva que acompañará al Presidente del Estado, varios Ministros de Estado y parlamentarios oficialistas que visitarán China pues bien vale la pena redoblar su “llunquerío”.
Uno de nuestros amigos yatiris dijo a mi comadre cochabambina que su institución matriz había nombrado a nuestro humilde Jefe de Estado “Astronauta Honoris Causa” por su extraordinario afán de conseguir para Bolivia un satélite artificial que nos libere de cualquier dependencia tecnológica en materia de comunicaciones, pues nuestro satélite nos facilitará comunicaciones más rápidas a través de teléfonos, radio y televisión.
Mi comadrita, siempre entusiasta, comprometió nuestra asistencia y antes de montar en mi motocicleta Harley Davidson me dijo: “Estoy emocionada al enterarme de que nuestro Evo fuera designado ‘Primer Astronauta Honroris Causa’ luego de haber invertido varios millones de dólares en la construcción de este aparato que nos colocará en órbita a todos los bolivianos”.
Al llegar al Naiclú “Malena” nos sorprendimos al ver que la fachada humilde había sido transformada pues lucía las modernas líneas del Centro Espacial de la NASA siendo notorio un letrero que decía “Agencia Espacial Boliviana, proyecto Tupac Katari”.
El baile ofrecido por la Federación de Yatiris nos emocionó aunque lamentamos no vestir la indumentaria clásica de quienes surcan el espacio para llegar a la Luna y ahora proyectan llegar a Marte. El interior del modesto Naiclú “Malena” también había sido decorado convenientemente y ahora contaba hasta con mingitorios espaciales al precio módico de 5 bolivianos. Cuando nos divertíamos fantásticamente, aparecieron de pronto unas pobrecitas mujeres potosinas que habían llegado y nos ofrecieron limones a cambio de una sonrisa y unas limosnas para pasar una Nochebuena menos penosa.
Toda nuestra ilusión de participar muy pronto de los beneficios de un satélite artificial que nos proporcionaría mejores comunicaciones desde el espacio rodaron por los suelos pues nos vimos con la triste realidad hecha de pobres mujeres que, abandonando a sus hombres y a sus tierras, llegan anualmente hasta la ciudad de La Paz para recordarnos que seguimos siendo pobres y hambrientos, aunque siempre soñadores en pos de una quimera hecha de satélites artificiales y de Astronautas Honoris Causa. La fiesta se acabó y volvimos a la realidad: mujeres pobres extendiendo sus manitas.