La celebración de los integrantes del cuadro alemán de Bayern Munich, que cierran un 2013 inolvidable proclamándose campeón del mundo.
El Bayern alcanza su quinto título de 2013
El Bayern alcanza su quinto título de 2013
Redacción deportes / EFE
El Bayern de Múnich fue superior al Raja Casablanca, al que derrotó con goles de Dante y Thiago Alcantara (2-0), para proclamarse campeón del Mundial de Clubes de la FIFA y poner el broche de oro a un 2013 inolvidable, con cinco títulos en un año.
La final no tuvo historia. En 22 minutos estaba sentenciada. Era el broche de oro. Un Mundial de Clubes en el que el Bayern no encontró rival, muy superior a todos, plasmando el buen momento del fútbol europeo. El suyo inmejorable en un 2013 en el que ganó todos los títulos que estaban al alcance de su mano salvo la Supercopa alemana.
Pep Guardiola inscribió su nombre en la historia del club muniqués. Llegó con el listón altísimo por Jupp Heynckes y está logrando que no se rebaje. Líder destacado de su Liga y firmando el primer Mundial de Clubes para el Bayern. Sus números como técnico son espectaculares. Es su decimosexto título en cinco temporadas.
Superó con toque la presión que buscó el Raja Casablanca que jugaba con el mismo 11 que le condujo a la final, tras sorprender al Atlético Mineiro. Y llegó desde el inicio a la portería defendida por Askri. Intervino a disparos de Muller y Kroos, pero nada pudo hacer ante un grave error defensivo que aprovechó Dante a los 7 minutos.
De un saque de esquina a la frontal del área, llegó una prolongación de la jugada de cabeza de Boateng, que dejó al central brasileño solo aprovechándose de que un defensa rival salió tarde al fuera de juego. Colocó el balón en la escuadra para iniciar el camino al título.
El dominio absoluto del Bayern fue dejando ocasiones. Ribery desequilibraba y era frenado con faltas. Muller perdonaba y Thiago comenzó a ganar un protagonismo que no desaprovechó. Inventó un pase a Alaba a los 19 minutos, en una clara ocasión en un mano a mano que desperdició el lateral, pero le devolvió tres minutos después el pase y en esta ocasión el centrocampista español no perdonó. Su toque de calidad con el interior del pie derecho, cruzado, firmaba la sentencia.
Porque el Raja Casablanca ya no podría levantarse. Se fue encerrando en su terreno de juego, apostando por el contraataque para buscar generar acciones de gol que no acababan en disparos a puerta. Solo un grave error de Neuer le pudo costar un gol. En un exceso de confianza a los 38 minutos, con un mal despeje al rival que dejó todo a favor a Chtibi. A 30 metros chutó y rozó el poste ante el enfado de Pep Guardiola.
Pudo firmar un doblete Thiago, de nuevo con la derecha, en jugada de Ribery, pero su disparo desde la frontal se marchó ajustado a la madera. Y Askri dejó la parada del partido, en una estirada a un disparo ajustado de Shaqiri.
La segunda parte no tuvo historia. El Bayern de Múnich tuvo posesiones largas, no forzó la máquina sintiéndose muy superior. El Raja Casablanca abusó del balón en largo, un fútbol directo que no inquietó al equipo de Guardiola.
Ilusionados
Los marroquíes recibieron ayer la derrota del Raja de Casablanca en la final del Mundial de Clubes frente al Bayern Múnich con un sabor a victoria por las inéditas hazañas del club casablanqués, que hicieron olvidar los pobres resultados del fútbol marroquí en los últimos años.
La derrota ante el Bayern Múnich que hizo esfumar el sueño de todo un país de abrazar el Mundial no impidió a los marroquíes irse con un buen sabor de boca ante los inesperados resultados del equipo verdiblanco por su victoria los tres partidos que jugó, contra Auckland City (2-1), Monterrey (2-1) y Atletico Mineiro (3-1).
Momentos antes del comienzo del partido, las calles de Rabat parecían desiertas con poco movimiento de transporte contrariamente a los cafés abarrotados de gente.
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