EDITORIAL

Nuevos escenarios para la integración continental

Nuevos escenarios para la integración continental

La Alianza del Pacífico y el Mercosur quedan como las dos opciones. En ambas, el pragmatismo se impone sobre los prejuicios ideológicos

El anuncio hecho recientemente por el presidente de Paraguay, Horacio Cartes, sobre la decisión de su gobierno de apoyar el ingreso de Bolivia como miembro pleno al Mercado Común del Sur (Mercosur), y la anulación por parte del parlamento paraguayo del veto a la incorporación de Venezuela, ha dado un nuevo giro a las siempre cambiantes corrientes por las que tan dificultosamente avanzan los procesos de integración latinoamericanos.
En efecto, como se recordará, hasta hace no mucho tiempo Paraguay era el más firme opositor a la incorporación de Bolivia al Mercosur, con el argumento de que los tratados constitutivos de ese bloque comercial establecen que no puede aceptarse la adhesión de un país que ya es miembro de otro bloque regional. Y siendo nuestro país integrante de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), tenía que elegir.
La incorporación de Venezuela y Bolivia al Mercosur cambiaría sustancialmente esa relación. Y dado lo avanzado que está el proceso de desintegración de la CAN, podría significar un golpe definitivo a la viabilidad de ese bloque que en los hechos está ya languideciendo a causa de las diferentes visiones de sus países miembros.
Desde el punto de vista práctico, ya de muy poco sirven los esfuerzos que hace el plantel burocrático de la CAN para mantener la vigencia de ese proyecto integrador. Mientras Perú y Colombia han decidido seguir el camino abierto por Chile hace ya muchos años hacia la suscripción de tratados de libre comercio directamente con países de Norteamérica, Europa y Asia, y han decidido apostar todas sus cartas a la Alianza del Pacífico, los otros dos miembros que quedan, Ecuador y Bolivia, rechazan las fórmulas del libre comercio y pese a los paupérrimos que son los resultados hasta ahora obtenidos insisten en optar por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (Alba).
En ese contexto, cuando para efectos prácticos la CAN ya no puede ser considerada como alternativa real, y la Alba tampoco tiene el peso necesario para ser tomada seriamente, los únicos bloques de integración regional dignos de tal nombre son el Mercosur y la Alianza del Pacífico. Y los países que no quieran quedar completamente aislados, como Bolivia, tendrán que optar por uno de los dos.
Para hacer más complejo el escenario en el que se están reconfigurando los bloques de integración, se suman discrepancias de carácter ideológico. Para los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia, la Alianza del Pacífico no es nada más que un instrumento del “imperialismo americano” y del “neoliberalismo”, aunque los exitosos resultados y la amplitud con que ese bloque se dispone a recibir nuevos miembros diga lo contrario.
Sin embargo, tal como lo muestran virajes como el que recientemente han dado Paraguay y Bolivia, lo cierto es que la racionalidad económica tiende a imponerse de un modo u otro sobre los prejuicios ideológicos. La decisión brasileña de acelerar la suscripción de tratados de libre comercio con la Unión Europea, iniciativa que como se recordará fue la causa principal de la más reciente crisis de la CAF, es al respecto más elocuente que cualquier discurso.