Domingo, 12 de enero de 2014
 

ALIANZA PAÍS. Al igual que otras fuerzas nacionales, concurrirá a las elecciones con pactos con otros partidos.
ALIANZA PAÍS. Al igual que otras fuerzas nacionales, concurrirá a las elecciones con pactos con otros partidos.

LOS COMICIOS LOCALES DE FEBRERO MEDIRÁN LA ADHESIÓN CIUDADANA AL GOBIERNO

Ecuador: Oficialismo busca extender su poder y control

Ecuador: Oficialismo busca extender su poder y control



En la campaña electoral la AP quiere llegar a todos los rincones del país con su mensaje de izquierda y de carácter social

Quito/EFE

Los comicios locales de febrero actualizarán el mapa del poder en Ecuador y, de modo indirecto, medirán la adhesión ciudadana al Gobierno, pero para el movimiento oficialista Alianza País (AP) del presidente Rafael Correa, supondrán, además, el reto de ampliar su presencia en municipios y provincias.
AP, que cuenta con cien de los 137 escaños de la Asamblea Nacional y dispone por ello de la capacidad para legislar con total comodidad, cuenta también con el control o con apoyos en la mayoría de los gobiernos provinciales y municipales.
Pero el partido oficialista no se conforma con esto. En la recién iniciada campaña electoral, quiere llegar a todos los rincones del país con su mensaje de izquierdas, de marcado carácter social, con el objetivo de extender al conjunto de los ciudadanos la "Revolución Ciudadana", como denomina a su proyecto político.
Aunque la pobreza se ha reducido en 14 puntos durante la gestión de Correa (quien llegó al poder en 2007) y el desempleo se sitúa en torno al 4%, según cifras oficiales, todavía quedan áreas afectadas por la escasez y en muchas zonas existen carencias en servicios básicos como alcantarillado, agua potable, vialidad, agricultura y sanidad, entre otras.
Como las políticas de muchas de estas materias son ejecutadas tanto por el Gobierno central como por los entes locales, AP pretende colocar prefectos, alcaldes y concejales en el mayor número de puestos posible para avanzar en estos territorios.
Dispone, por tanto, de margen para extender su "revolución" a esos organismos, encargados de gestionar áreas que afectan directamente al ciudadano en su vida cotidiana.
La idea es aumentar su presencia en ellas para dirigirlas en coordinación con la Administración central, eliminando, al mismo tiempo, lo que el gobierno considera, en muchos casos, una abusiva oposición política ejercida desde los despachos de las entidades seccionales.
"La revolución se construye desde lo local y es un absurdo querer hacer oposición al Gobierno desde lo local. Eso solo perjudica a los ciudadanos a los que se pretende servir", dijo Correa en una entrevista esta misma semana.
Para ello, Alianza País, al igual que otras fuerzas nacionales, concurrirá a las elecciones con pactos con otros partidos en muchas zonas, en busca del apoyo de fuerzas de implantación territorial más reducida, pero con un peso político muy importante desde el punto de vista electoral.
Aunque dentro de la formación ha habido quienes se han opuesto a concertar alianzas si es posible alcanzar victorias en solitario, la formación ha decidido finalmente buscar estos acuerdos en todas las plazas en las que sea posible, porque, según Correa, la Revolución Ciudadana "necesita de todos y de todas. De todos los que quieran unir esfuerzos para sacar adelante al país".
El objetivo es, por tanto, ganar prefecturas y alcaldías y aumentar el número de representantes en las entidades seccionales para afianzar la política oficialista.
El tirón electoral de Correa será determinante en esta estrategia. Aunque el presidente no es candidato, no duda en expresar su apoyo a los representantes del movimiento, algo que se le ha criticado desde algunos medios de comunicación por poner su condición de presidente de todos los ecuatorianos al servicio de su propio partido.
Pero el oficialismo defiende como un "derecho" esta actuación en campaña del líder del partido, quien ha obtenido de la Asamblea Nacional la correspondiente licencia, y el propio Correa la considera una "obligación".
La eventual extensión territorial del dominio político de AP es algo que también se interpreta como un exceso de poder desde algunos sectores críticos, pero que el Gobierno considera normal, beneficioso para la nación y parte de su estrategia política para seguir avanzando hacia el "buen vivir", como también se denomina el programa gubernamental.