DESDE LA TIERRA
Rodrigo Bellot, cruceño universal
Rodrigo Bellot, cruceño universal
Lupe Cajías.- No es la primera vez que escribo sobre el cineasta cruceño Rodrigo Bellot y seguramente volveré a citarlo porque todo indica que su capacidad creadora apenas dio sus primeros frutos y aguarda un torrente de productos futuros para compartir.
De él destacan muchos valores que lo sitúan en la cada vez más pequeña trinchera de dignidad humana. Por ello, el primer asunto para hablar sobre él es su ternura, aquella emoción que el asesor cultural de la Central Obrera Boliviana, Líber Forty ponía como la primera condición para ser revolucionario, antes que cualquier otra afiliación ideológica o partidaria.
Bellot fue valiente en un momento de profundas tensiones nacionales y regionales para filmar desde su propio espacio con guiones y películas que permitieran unir al país sin los esquemas maniqueístas. Más importante que una identificación con el “bueno” y el “malo”, él buscó imágenes comunes para los bolivianos que provocaran risas sin tener en cuenta si la llamita era camba o colla, rural o citadina.
No fue casual el tiempo que dedicó a su film “Rojo, amarillo y verde”, dejando de lado sus otras preocupaciones artísticas ligadas a novedosas formas de presentar historias y personajes agobiados por la existencia moderna. Prefirió privilegiar historias simples pero que en el clima beligerante nacional fueron un granito de arena para pensarnos como bolivianos, cualquiera fuese el origen étnico o territorial.
Además, Bellot colaboró con proyectos de jóvenes, a veces contratando a egresados de los institutos de formación cinematográfica en Bolivia o en Cuba; a veces apoyando ideas de otros. Con sólo su nombre entre los créditos, era más fácil para el novel cineasta presentar su propuesta. Sus seminarios en el Espacio Patiño de La Paz siempre desbordaron de público juvenil y adulto, algunos consagrados historiadores y sociólogos.
Me motiva recordar todo ello porque fui a ver el film donde él es productor, “Somos lo que somos” con la calidad escénica, actoral y dramática que lo caracteriza. Volvemos a citar al anarquista Forty y al principio que siempre enseñaba: “hacer las cosas bien, siempre mejor”. No importa la tarea, sea barrer o publicar un ensayo filosófico, lo esencial es el esfuerzo, la voluntad.
La película realizada fuera de Bolivia es otro paso en la carrera de Rodrigo y en la historia del cine nacional. Pionero en la preocupación por los temas urbanos que antes estaban ausentes de la pantalla nacional, ahora se anima a ser productor más allá de las fronteras permitiendo que el nombre de un boliviano se una a la cinematografía universal.
|