ENTRE COLUMNAS

Develado el plan “B”

Rodolfo Mier Luzio.- Como no pueden controlar los Medios independientes, con nuevas leyes o la modificación de la Ley de Imprenta, como planteó el ex Embajador de Bolivia ante las Naciones Unidas, Sacha Llorenti, y sabiendo que cualquier intento por aplicar la Ley Mordaza con el control del gobierno, como lo hace cualquier gobierno totalitario, puede bajar aún más la popularidad del oficialismo; el Ministerio de Comunicación develó aplicar otro método: estrangular económicamente a los Medios que no son controlables.
De acuerdo a la ratificada Ministra de Comunicación existen cinco criterios que se pondrán en práctica para otorgar publicidad. Se destacan los siguientes, que traen ocultas intenciones de una suerte de chantaje para lograr el control gubernamental sobre los Medios de Comunicación:
-“La definición de públicos meta y el alcance del Medio de comunicación”. Con ese criterio, el oficialismo que maneja los recursos del Estado, que somos todos, escogerá a qué Medios otorgar publicidad y a que Medios no. Es un hecho que el “público meta” de los Medios independientes abarca a toda la población en su conjunto, y no así a determinado sector u “organización social”. De hecho, no se puede encasillar a los receptores del mensaje mediático; en cuanto al “alcance del Medio de Comunicación”, dependerá si es nacional o regional. Las cadenas como Radio “Patria Nueva” o televisión Boliviana cuentan con los recursos del Estado para ese propósito; entonces, se deduce que serán los destinatarios de mayores presupuestos en publicidad, y eso no es pluralista.
-“Democratización de la publicidad”. Ahora sí, el gobierno habla de democracia; con ese criterio, deberían ser todos los Medios los que tengan derecho a la publicidad oficial, democratizando la distribución de los recursos del Estado.
-“El trabajo de los Medios de acuerdo a los intereses del Estado”. ¿Cuáles intereses?, ¿los que considera el oficialismo o los que la gran mayoría de los bolivianos reclama permanentemente? Con seguridad, para el oficialismo esos intereses tienen que ver con el proceso de cambio, para otros, eso no es viable, por lo menos hasta ahora.
-El Principio de “no al racismo” y la discriminación, que se puede utilizar observando subjetivamente qué es o no racismo y qué significa o no discriminación.
-La veracidad de la información. El gobierno viene repitiendo permanentemente que no dicen la verdad aquellos Medios que son independientes. Que no son veraces las noticias y opiniones que cuestionan el actuar del gobierno.
De manera que este Plan “B” que propone el gobierno para acallar a la prensa o los Medios Independientes tratará de estrangularlos económicamente como lo hacen, y lo dijo sin tapujos la Ministra, con ERBOL y Página Siete. Los 184 millones de bolivianos que tiene como presupuesto ese ministerio definitivamente van a los Medios oficialistas o a los camuflados de “independientes”, pero manejados por el gobierno, con ejecutivos funcionales al masismo.
Sólo como un hecho a destacar y reconocido por el Ministerio de Comunicación, el segundo de transmisión en Canal 7 Televisión cuesta entre 7 y 8 bolivianos; basta hacer un simple cálculo para darse cuenta que no son los 60 millones que dicen que son destinados para ese fin, sino muchos más.
Con los mismos argumentos de la Ministra, habría que pedirle que “democratice” la distribución del presupuesto del Estado para que todos tengan la libertad de conocer criterios diferentes, diversos puntos de vista. El trabajo de acuerdo a los “intereses del Estado”, sí, pero no del gobierno que es lo que en verdad pretende. Y la “veracidad de la información”, pero no desde el punto de vista del gobierno, sino de los intereses del país y de la libre expresión del pensamiento.
La independencia de la prensa nacional no está, o no debería estar en venta; de manera que el Plan “B” que se pretende aplicar no tendría que prosperar, porque tampoco está en venta la dignidad y la libertad de expresión, reconocidas como valores fundamentales del ser humano.
Por lo menos...esa es mi opinión.