Sábado, 25 de enero de 2014
 

DESDE LA TIERRA

Paramilitares y Derechos Humanos

Paramilitares y Derechos Humanos

Lupe Cajías.- Atardecía cuando un grupo de paramilitares ingresó a los recintos donde activistas de derechos humanos ayunaban en apoyo a las mujeres mineras que exigían la amnistía general e irrestricta para todos los presos, perseguidos y exilados de las dictaduras militares. Era el 18 de enero de 1978. La victoria de aquel movimiento pacifista cambió para siempre la historia de la democracia boliviana, desde la controlada que querían imponer Estados Unidos y las Fuerzas Armadas, a la inclusiva de la participación popular.
Atardecía cuando un grupo de neoparamilitares, grupos de choque –apodados movimientos sociales– irrumpió violentamente en una asamblea orgánica de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz, insultando y amenazando a las mismas personas que habían apoyado la huelga de hambre minera. Era el 18 de Enero de 2014. Uniformados y agentes encubiertos entraron a las oficinas de la entidad donde tantos jóvenes comenzamos nuestra militancia en defensa de la tolerancia.
Entre diciembre de 1977 y hasta la declaración de “entredicho” (suspensión de misas) que declaró el Arzobispo Jorge Manrique de La Paz, decenas de comunicados y discursos de Hugo Banzer, los comandantes militares y políticos conservadores atacaron a los religiosos extranjeros que habían ayunado en reemplazo de los 14 niños mineros: entre otros los catalanes Luis Espinal y Xavier Albó.
Culparon a las iglesias Católica y Metodista de intromisión en asuntos internos. La red de apoyo estaba sobre todo organizada por curas y monjas, nacidos en el exterior, bolivianos por opción: Eric Weissage, Amparo Carvajal, Ana María Ajuria, José Ferrari, Antonio Caglioni y todo el grupo de Bérgamo, los “gringos” Padre Miguel y Hermana Juana, los vascos Teresa y Alfonso, las monjas colombianas que ocultaban a los perseguidos, los oblatos de España, de Canadá y de Estados Unidos como Gregorio Iriarte, Juan Mogiham, Roberto Durette.
Todos ellos fueron la base inicial de “Justicia y Paz”, que funcionó en la parroquia de San Francisco en La Paz, y de la posterior APDHB. También fueron los que alentaron y dieron la base material para el funcionamiento del Semanario “Aquí” dirigido por el jesuita extranjero Luis Espinal. Amparo y Eric, además del sueco Lázaro Bild, consiguieron colectas de amigos para comprar la máquina Composer.
Hace más de un año alertamos sobre la distorsión que llegó a los movimientos de Derechos Humanos con el “entronque” de personas que pasan por DDHH para luego conseguir algún puestito en el actual gobierno. Ahora quieren asaltar el último espacio independiente. Es parte del proceso de cambio: toma tierras, toma minas, toma instituciones.