Sábado, 25 de enero de 2014
 

DESTRUIDAS. Las luminarias están destrozadas o fundidas.
DESTRUIDAS. Las luminarias están destrozadas o fundidas.

A MENOS DE DOS AÑOS DE HABER SIDO CAMBIADOS

Reflectores no funcionan e interfieren en tránsito

Reflectores no funcionan e interfieren en tránsito



Varios se convirtieron en basureros y dan mala imagen a los monumentos

Dayana Martínez Carrasco

Menos del 50% de los reflectores instalados en los monumentos de la ciudad se encuentran en funcionamiento. El porcentaje apenas se alcanza con luminarias instaladas en la Alcaldía y la Gobernación.
Estas luminarias fueron instaladas con el objetivo de destacar la belleza arquitectónica de los edificios del centro de la ciudad, la mayor parte declarados monumentos nacionales; sin embargo, casi ninguno tiene sus reflectores habilitados, ya que muchos se encuentran en mal estado, a tal punto de que se convirtieron en basureros.
Tras un recorrido realizado por CORREO DEL SUR, se evidenció que la mayor parte de los edificios que cuentan con ese tipo de reflectores, no están iluminados. Ninguno funciona, situación que difiere únicamente en el frontis de la Gobernación y la Alcaldía, además de algunas ubicadas en San Francisco, donde la mayor parte, aunque no todos, funciona.
De 78 luminarias visitadas, en el Teatro Gran Mariscal de Ayacucho, templo Santa Mónica, Facultad de Derecho, edifico central de la Universidad, Casa de la Cultura, Gobernación, Alcaldía, Teatro 3 de Febrero y otros aledaños, solamente 25 funcionaban, siendo el 33% de los reflectores observados.


UN PERJUICIO
Al estar en mal estado, varias luminarias, especialmente las que fueron destruidas, se convirtieron en un problema para los transeúntes que manifestaron su molestia y pidieron a las autoridades que las repongan, ya que provocan tropiezos y conflictos al transitar, además de ser un peligro ya que algunos denunciaron que incluso recibieron leves descargas eléctricas al caer en ellos.
Para la población, el mal estado de las luminarias se debe a las malas actitudes de ciudadanos que las destrozaron sin “ninguna consideración”, aunque también creen que falta compromiso de las autoridades para mantener estos elementos que acompañan los edificios más visitados de la ciudad.
Lamentablemente, tras menos de tres años del cambio de esas luminarias, ya se necesita reponer esos accesorios que no cumplen con el objetivo con el que fueron instaladas y en lugar de destacar el diseño de los monumentos, desmejoran la imagen de ellos al ser contenedores de basura y tener agua acumulada.
En el caso de la iglesia Santa Mónica, el Teatro 3 de Febrero y la Facultad de Derecho, casi ninguna de las luminarias funciona.