PINTORES. Los artistas sucrenses Gil y Jorge Imaná durante su visita a Sucre.
Los Imaná y el compromiso del arte por el cambio social
Los Imaná y el compromiso del arte por el cambio social
Fundadores del grupo cultural Anteo, Jorge y Gil Imaná relataron el contexto social en el que iniciaron su labor para reflejar la realidad
Juan Pedro Debreczeni
Al visitar su ciudad natal, Sucre, los hermanos Jorge y Gil Imaná recordaron con gratitud el lugar donde sus brillantes carreras dieron inicio junto a otros artistas e intelectuales de vanguardia del grupo Anteo. En la plenitud de sus vidas, los destacados pintores reflexionaron sobre el compromiso social del arte.
Tras ocho años, el regreso de los artistas plásticos a la Capital fue por demás significativo; un encuentro con la ciudad que los vio nacer e iniciar sus pasos desde el grupo cultural Anteo, que fundaron junto a otros artistas e intelectuales: Juan José Wayar, Eliodoro Aillón, Lorgio Duchen y Walter Solón Romero; colectivo al que se sumaron posteriormente Hugo Poppe, Félix Orihuela, César Chávez y Lorgio Vaca, según relataron los hermanos Imaná.
“Nuestra misión era llegar al pueblo no trabajar por un arte elitista que necesita, sino que la gente común entienda lo que queríamos hacer”, rememoró Jorge Imaná.
ARTE Y COMPROMISO SOCIAL
Para su hermano, una de las discusiones fundamentales de Anteo tenía que ver con la premisa del arte por el arte. “Nosotros queríamos ir más allá; el arte para la vida, basarnos en la realidad de nuestro entorno para interpretarla y solidarizarnos con la gente, su dolor y su esperanza”, manifestó Gil.
En sintonía con ese compromiso, Anteo se alineó a las demandas de los trabajadores desde fines de la década del '40. De ese modo, y a partir de entonces, miembros del grupo participaron activamente de diversos grupos, sindicatos de obreros y trabajadores, con quienes compartieron su lucha desde las artes.
“Con la Confederación de Ferroviarios logramos realizar la primera exposición rodante de Anteo, viajamos por Potosí, Oruro, Cochabamba, La Paz… por todos los lugares donde había ferrocarril, teníamos pase libre para nosotros y las obras, el impulso fue muy grande”, relató Gil.
Recordaron que entonces el compromiso de su arte recién alcanzó a ser comprendido por la gente. “Antes pensaban que Anteo, quería decir contra Dios, pero este grupo no era de ateos, explicamos que Anteo, era un semidiós de la mitología griega cuya fuerza radicaba en el contacto con la tierra, la fuerza de nosotros radicaba de nuestro contacto con la realidad”, añadió.
Ambos coincidieron que esta ciudad fue determinante para el futuro de un movimiento artístico que, desde diversas disciplinas, reflejó la realidad de las mayorías.
“En Sucre nos iniciamos, tuvimos la oportunidad cultural que anhelábamos, conseguimos el empuje necesario para lo que queríamos y teníamos que hacer”, finalizó Jorge Imaná.
Sus proyectos
En su visita a Sucre los Imaná entregaron el retrato de su padre, Juan Sanz Imaná, a la escuela Agustín Iturricha, fundada por el progenitor de los artistas. Asimismo, en un solemne acto, la Universidad San Francisco Xavier los distinguió con la medalla Juan Frías de Herrán como reconocimiento a su destacada labor artística.
En mayo, Gil Imaná prevé abrir la exposición número 99 de su carrera en Sucre; la número 100, una retrospectiva de su obra, se realizará en La Paz.
Jorge, que vive en México, continúa abocado a un viaje de aprendizaje artístico por diferentes regiones y culturas del mundo.
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