Miércoles, 12 de febrero de 2014
 

Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles que le dieron el boleto a semifinales al Real Madrid, a costa del Atlético de Madrid.
Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles que le dieron el boleto a semifinales al Real Madrid, a costa del Atlético de Madrid.

El Real sentencia su pase en 16 minutos

El Real sentencia su pase en 16 minutos

Madrid / EFE

El Real Madrid solucionó sin sobresaltos su billete para la final de la Copa del Rey en el Vicente Calderón, donde sentenció en 16 minutos al Atlético, que se alejó él mismo de la eliminatoria con dos penaltis inocentes, transformados por el portugués Cristiano Ronaldo, el goleador de un triunfo plácido.
Del 3-0 de la ida al 0-2 de la vuelta, ayer no hubo nada de emoción, ni una sola sensación de que el Atlético pudiera lograr la remontada, ni un atisbo de que al Real Madrid se le fuera la posibilidad de jugar su trigésimo novena final de esta competición. Porque el conjunto rojiblanco se fue del encuentro de forma imprudente dentro de su propio área sin apenas opción de competir.
Dos veces en 15 minutos. En la primera, una pérdida de balón de Mario Suárez en el medio campo habilitó el contragolpe del Real Madrid. La tomó Cristiano Ronaldo, le arrolló por detrás Javi Manquillo. Penalti absurdo y gol del portugués (0-1, m. 7), que repitió instantes después, cuando se cumplía el cuarto de hora.
No midió bien su entrada Emiliano Insua en la carrera de Gareth Bale por un costado. Su entrada fue la segunda pena máxima. Y el 0-2, también de Cristiano, por el mismo lado que el anterior, al palo derecho de la meta del Atlético, con potencia e inalcanzable para Aranzubia, de nuevo titular por la baja por lesión de Courtois.
Por delante, un trámite de hora y cuarto para el Real Madrid, que no había necesitado mucho, un par de carreras y combinaciones para desarmar al Atlético de una manera tan rápida como imprevista. Se esperaba algo más de los rojiblancos, desdibujados desde los dos goles y dos concesiones impropias de su fiable presente campaña.
Para el segundo acto, Carlo Ancelotti, técnico del equipo blanco, protegió a Sergio Ramos para la final. Estaba a una amarilla de la sanción. El entrenador le dejó en el banquillo en el intermedio.
Ya estaba todo dicho en el partido, más allá de que Bale probó los reflejos de Aranzubia, que evitó el 0-3 con una buena parada a Cristiano Ronaldo, o de que Iker Casillas que protagonizó una magnífica estirada, en la última oportunidad de una eliminatoria plácida para el Real Madrid, que ya espera rival en la final.