Viernes, 14 de febrero de 2014
 

ENTRE COLUMNAS

La naturaleza está cobrando factura

La naturaleza está cobrando factura

Rodolfo Mier Luzio.- Todos los desastres naturales que nuestro país está sufriendo en esta última época tiene responsables, somos nosotros, los que habitamos el planeta tierra. En pocas palabras, estamos destruyendo, consciente o inconscientemente, el medio ambiente y los resultados los tenemos a la vista.
Las grandes inundaciones por las lluvias persistentes en muchos lugares; la sequía en otros y las tormentas eléctricas, están cobrando vidas, miles de personas vieron sus casas destruidas, sus campos de producción agrícola destruidos, cientos de cabezas de ganado perdidas y no está lejos que nos ataquen epidemias de todo tipo.
Un interesante análisis de varios estudios, que realizó el destacado profesional orureño, Ing. Jorge Espinoza, nos alerta sobre estos cambios que con el correr de los años pueden ser mucho peores, si las autoridades, conjuntamente la población, no toman las medidas adecuadas de prevención, que disminuyan los efectos de los cambios climáticos, porque, a esta altura, ya es difícil revertir las consecuencias.
El Ing. Espinoza empieza manifestando que “la causa principal para el calentamiento global es la incontrolada emisión a la atmósfera de dióxido de carbono, producido por la combustión de combustibles fósiles utilizados para la generación de energía eléctrica y para el accionamiento de automóviles y maquinarias”. Pero lo más alarmante es que “debido al calentamiento global, hacia 2050 América Latina podría perder el 50% de sus tierras agrícolas. Antes del año 2080 hasta 3.200 millones de seres humanos estarían expuestos a una severa escasez de agua y 600 millones al hambre debido a las sequías, la degradación y la salinización del suelo. El cambio climático impactará la productividad y rentabilidad de la agricultura, salud, pesca y demanda de energía y pondrá en peligro la supervivencia de algunos países. Destruiría ecosistemas como la selva amazónica (uno de los más ricos del mundo) que anualmente absorbe cerca de 1.500 M tons de CO2”.
Más adelante, el Ing. Espinoza asegura que “el derretimiento de los glaciares causará una escasez de agua en algunas de las regiones más pobladas de la Tierra. En Bolivia, Chacaltaya prácticamente ha desaparecido y los volúmenes del Illimani, Mururata, etc. están disminuyendo notablemente y sus efectos ya se dejan sentir”. Premonitoriamente asevera que “en el país el clima ha cambiado notablemente; en las zonas secas se incrementó la sequía y en las zonas lluviosas las inundaciones son cada vez más fuertes”.
Como resultado de su análisis, asegura que “expertos estiman que antes del 2080 hasta 3.200 millones de seres humanos estarán expuestos a una severa escasez de agua y 600 millones al hambre debido a las sequías, la degradación y la salinización del suelo”.
El Ing. Espinoza al final de su extenso estudio, expresa que “la situación es clara: en la misma medida en que el hombre continúe la agresión al equilibrio medioambiental, la naturaleza a través de catástrofes restituirá dicho equilibrio, como ya empezó a hacerlo y nosotros a sentirlo”.
Bueno, y lo peor es que nosotros sabiendo que las cosas son tan claras como las denuncia el profesional, tratamos de ignorar este hecho siguiendo el ejemplo del avestruz que cree que ya está oculto, cuando sólo metió su cabeza en un hoyo y todo el resto de su cuerpo expuesto.
Si cada uno de nosotros tomara un poquito de conciencia del mal que estamos haciendo a nuestra patria y, cómo no, al planeta tierra y actuaría en consecuencia, podríamos paliar esa actitud contra el medio ambiente. Y qué mejor que hacerlo desde la escuela, logrando que desde niños sepamos cuidar nuestra casa grande: La Tierra.