Fancesa y su ampliación
Fancesa y su ampliación
Gastón Solares Ávila.- Para nadie es desconocido el hecho de que Sucre en particular y Chuquisaca en general son regiones no aptas para la localización de empresas industriales, sencillamente por la falta de ventajas comparativas. Existen los sectores de chocolates y sombreros que son excepciones por la tradición, pero su contribución al producto interno bruto regional es muy limitada. La gran excepción es Fancesa porque la ciudad vive de esta empresa, como vive de la Universidad y como podría vivir del turismo, si acaso las autoridades se dieran cuenta de nuestra riqueza arquitectónica que no tienen capacidad de conservar.
En el mundo moderno, las grandes empresas tienen plantas en diferentes lugares e inclusive continentes, como en la industria automotriz, y también en nuestro país existen ciertos rubros que podrían servir de ejemplo, pero lo indiscutiblemente cierto es que Fancesa es un caso excepcional.
Es evidente que el mercado tiene prioridad al estudiar cualquier inversión y que en el estudio de ampliación de Fancesa, presentado por los ejecutivos, eso es lo que se quiere proteger y la forma identificada es efectuar parte de la inversión en Santa Cruz, en una planta de molienda de clinker que puede ser almacenado sin riesgo, lo que no ocurre con el cemento. Ese es, definitivamente, el argumento de peso que sustenta esa posición, lo que se traduciría en rendimientos económicos mayores, cuyos niveles hubiera que recalcular.
El transporte para el cemento o para el clinker será siempre más caro por las características de nuestras carreteras. Se menciona que el flete de la bolsa de La Paz a Santa Cruz es la mitad del que se paga de Sucre a Santa Cruz, a pesar de que la distancia es la mitad. A favor del transporte local está el hecho de que en el primer tramo la carretera es asfaltada y, en el segundo, los grandes camiones hacen proezas recorriendo el camino entre Aiquile y La Palizada. Sin embargo, no deja de ser evidente que en materia de transporte, siempre ha existido una especie de dictadura sindical y que los transportistas han abusado del peso de sus camiones, en lugar de recurrir al peso de la razón. No puede utilizarse como justificación este argumento para ubicar la ampliación en otro lado. Ni la región ni los transportistas han sido capaces de presionar para que la ruta del cemento, que es precisamente la de Aiquile-La Palizada, sea mejorada y asfaltada. Ahora mismo los trabajos han sido suspendidos, lo que es lamentable porque es la solución del problema de fletes. Las alternativas por Epizana o Cochabamba encarecen el costo de operación por sus características y por la distancia.
La fábrica de cemento de Sucre tuvo y tiene que tener otra concepción, fue creada para reconstruir la ciudad después del terremoto de 1948 y para incentivar el desarrollo regional y ambos objetivos se han cumplido y tienen que seguirse cumpliendo. Sus inversiones deben fortalecer nuestra economía y las empresas generadoras de energía y de otros servicios, tienen que crecer paralelamente creando fuentes de trabajo y valor agregado regional. Para Sucre y Chuquisaca, es cuestión de vida o muerte porque además se tiene al frente una competencia cada vez mayor y menos racional, por la irracionalidad anunciada de impulsar la instalación de plantas en departamentos vecinos, como si no hubiera otras necesidades y posibilidades en el país.
Por tanto, Fancesa tiene que encontrar la solución adecuada teniendo en cuenta no solamente los factores económicos, sino los sociales y los de efecto multiplicador. Siendo una entidad que pertenece a instituciones del sector público, debería haber mayor posibilidad de tratar este problema en altos niveles de gobierno para encarar no solamente el aspecto de la ruta del cemento, sino del atentado que implicaría la consolidación de otras plantas resultantes de presiones políticas. La solución tiene que tener una base serena, profesional y real y dejar las medidas de hecho que tanto daño hacen.
Como ciudad, hemos perdido nuestra condición de centro médico, aún somos centro estudiantil pero con muchas deficiencias que en otros departamentos están superando con mayor facilidad, hemos perdido nuestra condición de Capital de Bolivia porque ni siquiera los actos del Día de La Patria se llevan a cabo en Sucre, estamos perdiendo nuestro patrimonio arquitectónico y hace mucho que hemos perdido nuestra característica de ciudad blanca y limpia. No veo con buenos ojos que demos el primer paso para trasladar Fancesa, aunque la incidencia inicial parezca mínima, hay que estudiar otras opciones y estrategias, sin recurrir a marchas y bloqueos, medidas influenciadas por intereses políticos que deberían ser evitadas por un comité verdaderamente cívico. Como dice mi buen amigo y columnista Rodolfo Mier: por lo menos, esa es mi opinión.
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