Miércoles, 19 de febrero de 2014
 

EL INFORME OPPENHEIMER

¿Cambiará la política hacia Cuba?

¿Cambiará la política hacia Cuba?

Andrés Oppenheimer.- Una nueva encuesta, que revela que la mayoría de los miamenses apoya la normalización de los vínculos de Estados Unidos con Cuba, ha causado gran excitación en los medios, luego de que tanto los organizadores de la encuesta como algunos expertos pronostican que tendrá un gran impacto sobre la política estadounidense hacia la isla. Desafortunadamente, no comparto ese optimismo.
Tras leer la letra chica de la encuesta y hablar con algunos legisladores clave de Washington, no estoy seguro de que el Congreso –que tiene la llave para hacer cambios importantes en la política de Estados Unidos hacia la isla– cambie su postura contra el embargo comercial respecto a la dictadura cubana.
La encuesta, publicada a principios de esta semana por el Atlantic Council, reveló que el 56 por ciento de los estadounidenses –y sorprendentemente el 64 por ciento de los residentes de Miami– están a favor del cambio de la actual política de Estados Unidos hacia la isla.
"Esta encuesta revela que la mayoría de los estadounidenses de ambos partidos está dispuesta a un cambio de política", dicen Peter Schechter y Jason Marczak, los máximos directivos del Centro Adrienne Arsht para Latinoamérica del Atlantic Council, que encargó la encuesta. "Lo más sorprendente es que los residentes de la Florida respaldan aún más que el resto de la nación un cambio gradual o pleno".
El problema es que ya antes hemos escuchado esto muchas veces. Y, al igual que otras encuestas que dieron resultados parecidos, el nuevo sondeo se llevó a cabo entre la población en general, y no entre los probables votantes. Eso hace una enorme diferencia, que los políticos de Washington miran muy de cerca.
En el 2009, una encuesta de Bendixen y Asociados reveló que sólo el 47 por ciento de los cubanoamericanos apoyaba el embargo de EEUU sobre la isla, una disminución del 82 por ciento respecto a 1992. Pero también esas encuestas se realizaron entre la población en general, y no entre los probables votantes.
Antes de escribir estas líneas, llamé a Schechter y Marczak y les pregunté por la metodología de la encuesta. Me confirmaron que fue realizada entre la población en general, pero acentuaron que más del 90 por ciento de los encuestados –tanto a nivel nacional como en la Florida– son votantes registrados.
Sin embargo, el sondeo no contenía preguntas que pudieran indicarnos si estos votantes registrados son probables electores.
"Si estuviéramos próximos a las elecciones, seguramente hubiéramos filtrado a los votantes registrados, y a las personas que tienen la intención de votar", me dijo Schechter. "Pero ésta es una encuesta temática, y en este tipo de estudios, uno trata de entrevistar a todo el mundo".
Pero no sólo los políticos cubanoamericanos republicanos, que por lo general son los más entusiastas defensores del embargo, sino también los demócratas dicen que la encuesta no hará cambiar su apoyo al embargo, ni el apoyo del Congreso.
"No veo que esta encuesta haga cambiar la política del Congreso", me dijo el Senador Bob Menéndez (D-Nueva Jersey), Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, en una entrevista telefónica. "Veo la encuesta como otra expresión de quienes quieren cambiar esta política, para tratar de crear un clima en el que esperan transformarla. Pero no es más que una expresión de deseos de parte de ellos".
El congresista Joe García, demócrata por Miami, un partidario de la política del presidente Obama de flexibilizar los viajes y otras sanciones a Cuba, me dijo en una entrevista separada que la encuesta del Atlantic Council "es insignificante".
"Ya hemos visto estas encuestas antes", dijo García. "No creo que signifiquen que el embargo sea levantado".
Los legisladores para quienes el embargo es importante lo van a mantener, porque saben que se trata de un tema casi religioso, en el que los electores cubanoamericanos que quieren mantener el embargo votan en función de este tema, y los que están menos interesados no lo ven como un tema definitorio de su voto. "La política es un juego de sumar, no de restar", agregó.
Mi opinión: La encuesta del Atlantic Council es una encuesta realizada por gente seria. Pero dudo de que tenga mucho impacto político, por la misma razón que argumenta García: oponerse al embargo no le suma votos a ningún político estadounidense. Y tampoco a los políticos cubanos les interesa dar pasos hacia una normalización, porque necesitan mantener la ficción de que están "en guerra" contra Estados Unidos, para seguir aferrándose al poder.
Ojalá que Obama siga aumentando los permisos de viajes desde y hacia Cuba. Y ojalá que Obama adopte otras medidas adicionales, como permitir el comercio con empresas cubanas que no estén manejadas por la dictadura de la isla. Pero no creo que veamos más que eso en un futuro cercano, por lo menos hasta que no haya cambios mayúsculos en Cuba.