Jueves, 20 de febrero de 2014
 

LA NOTICIA DE PERFIL

Gobierno repartirá preservativos

Gobierno repartirá preservativos

Paulovich.- Mi pariente espiritual es una cholita de buen ver y sumamente pudorosa, contrastando con su compadre que es un viejo “achachi” y a veces impúdico pues con mi bastón y exagerando mi ceguera, suelo tropezarme con algunos traseros de señoras desprevenidas a quienes pido siempre disculpas; algunas se enfadan, pero ninguna llegó a darme una bofetada pues se impone la piedad que sienten por un pobre cieguito.
Ya descrita la antinomia entre la cholita de Quillacollo (Cochabamba) y su protegido periodista ojo alegre, ya podrán mis lectores deducir el zafarrancho que se armó ayer, en mi casa, cuando Macacha leyó en un periódico local la sensacional noticia de que el Ministerio de Salud prepara el reparto gratuito de millones de preservativos entre la población boliviana, con motivo de las próximas fiestas de Carnaval.
Empezó a brotar en sus mejillas un leve rubor que me pareció adorable, pero conforme leía la crónica periodística el rubor de Macacha se convirtió en rojo vivo, y de sus ojitos chaskañawis empezaron a salir rayos y centellas que comenzaron a encender las hojas del inocente periódico que sólo cometió el pecado de publicar una noticia que haría feliz a mucha gente evitando contagios peligrosos.
La cochabambinita suave y generosa se transformó en “enemiga pública número 1 del Presidente Evo Morales”, a quien calificó de Satanás por haber ordenado el reparto gratuito de condones a los carnavaleros de todo el país, cuando lo más aconsejable y virtuoso habría sido el reparto gratuito de ropa y de comida a los damnificados del departamento del Beni.
Imprudentemente, me atreví a decirle a Macacha: Comadritay, si usted tiene tanta aversión a los condones, yo me ofrezco para ir a hablar con el Ministro de Salud, Doctor Calvimontes, y pedirle unos doscientos preservativos para llevarlos a Oruro, Cochabamba y Santa Cruz en defensa de nuestros amigos que seguramente los necesitarán y así realizamos una obra de carácter social...
Su santo furor no había concluido y mi proposición fue negada con estas beatíficas palabras: “Ya le he dicho, compadrituy, que yo nunca he usado esas cochinadas con mi esposo Nemesio (que en paz descanse) y no sueñe con que las usaría con usted porque nuestras relaciones son netamente profesionales: yo le presto la plata para nuestra ‘turné’ carnavalera, nos divertimos los dos, y luego me cancela o yo me quedo con su motocicleta Harley Davidson. Todo está claro, ¿verdad? Usted no recogerá del Ministerio de Salud ni un solo preservativo porque me parece una barbaridad que un Gobierno reparta preservativos entre el pueblo que hoy necesita pan, techo y abrigo”.
Leyendo mis intenciones, la cholita de Quillacollo me dijo: “El año pasado le regalaron cien preservativos y acabo de comprobar que siguen intactos en su mesilla de noche, pero ya no sirven porque están caducados…”