BUSCANDO LA VERDAD
“Exportar es lo que importa”
“Exportar es lo que importa”
Gary Antonio Rodríguez Álvarez.- Cuando hacía mis primeras armas en el campo del comercio exterior, hace poco más de cinco lustros, me maravillé con un eslogan que un país concibió para generar una cultura pro-exportadora: “Exportar es lo que importa”.
Un hermoso juego de palabras, para enseñar que exportar resulta más beneficioso que importar, porque cuando un país vende al mercado externo capta divisas y crea empleo local, mientras que cuando compra afuera lo que bien puede producir en su territorio, gasta dólares y financia empleos en el extranjero.
Un importante concepto, sin duda, que bien aplicado en países en desarrollo debería derivar en políticas públicas para trascender las ventajas comparativas y crear ventajas competitivas sostenibles y aprovechar las enormes posibilidades de compra que ofrece el siempre creciente mercado mundial.
Con el paso de los años he llegado al convencimiento de que exportar no es bueno…¡¡¡es buenísimo!!! La adecuada internacionalización de un país puede producir tal magnitud de riqueza y conocimiento, que cambia su historia. Ahí está la China que, luego que se abrió al mundo, gracias a la exportación de manufacturas, pasó a ser en poco más de 30 años la segunda potencia económica, solo después de los EEUU, y el primer país exportador mundial por encima de la poderosa Alemania.
Un ejemplo más cercano está en Chile, que con igual política de Estado desde los años ‘70 a la fecha, ha llegado a ser el país latinoamericano con mejores indicadores socioeconómicos y la única nación sudamericana miembro de la OCDE, todo ello apuntalado por su inteligente apertura e integración al mundo.
Para que Bolivia saboree iguales beneficios de la globalización hay que “pensar en grande”. Si nuestra quinua se vendió por más de 150 millones de dólares y la soya por más de 1.100 millones en el 2013, es porque son bienes apetecidos en el mundo por su buena calidad y precio.
¡Cuánto más podríamos hacer si superáramos todo obstáculo para producir y vender más! No solo los naturales, sino otros que como los que refiere Don José Luis Abuawad, exportador y amigo, “el anclaje del dólar, la engorrosa devolución del CEDEIM, el incremento exponencial de las importaciones en desmedro del productor, el doble aguinaldo, la regulación de las exportaciones, la excesiva burocracia en las entidades públicas como el SENASAG (…) harán que paguemos las consecuencias en un no muy largo plazo”, a no ser que entendamos que superarlos depende de nosotros mismos, siendo que exportar es lo que importa.
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