El nuevo aeropuerto en Alcantarí
El nuevo aeropuerto en Alcantarí
Gastón Solares Ávila.- Desde hace aproximadamente 15 años, Sucre clama por un nuevo aeropuerto o la ampliación del actual. Se habló mucho del tema y se avanzó poco porque no se hacía ni lo uno ni lo otro. Finalmente, en los últimos años se impulsó el proyecto Alcantarí que está en plena ejecución, aunque todavía es incierta la fecha de su conclusión.
Resulta ya innecesario detallar las conveniencias e inconveniencias de una y otra opción, porque el actual que nos sirve desde hace 39 años, lapso durante el cual se han realizado miles de operaciones, gracias a Dios sin siniestro alguno, seguramente quedará desechado en un futuro no muy lejano.
Es de esperar que la nueva ubicación de menos limitaciones técnicas por la mejor topografía de la zona, facilite nuestras operaciones aéreas aunque esa letanía de exigir que la nueva pista funcione 365 días al año y durante 24 horas al día, es simplemente una utopía porque todos los aeropuertos del mundo están sujetos a las inclemencias del tiempo. Unas veces la nieve, otras los huracanes u otras causas obligan a la cancelación de miles de vuelos. Nuestro nuevo aeropuerto no será la excepción, pero indudablemente mejorará nuestras comunicaciones por aire y habrá que exigir que su administración preste mejor servicio.
Una buena medida ciertamente ha sido nacionalizar SABSA ya que durante la privatización la empresa española no hizo nada positivo. Como consecuencia de esa decisión, los aeropuertos del eje central han tenido mejoras importantes. Los administrados aún por Asaana, como el Juana Azurduy de Padilla, siguen en pésimas condiciones. Comparar nuestra Terminal aérea con la del aeropuerto de Cochabamba, por ejemplo, es comparar el cielo con la tierra.
Por otra parte, hay dos cosas que tuviéramos que prever que son ambas de prioritaria importancia: La primera es la absoluta necesidad de ampliar la carretera y convertirla en avenida de doble vía. Los 29 kilómetros hasta la nueva Terminal, en la ruta actual, demanda más de una hora teniendo en cuenta, además, que el tráfico se incrementará no solamente por el aeropuerto, sino por el efecto multiplicador de la inversión. La segunda, la necesidad de conocer el proyecto de la nueva Terminal que ojalá se ajuste a las características de la ciudad.
Hay obras que necesariamente tienen que ser simultáneas porque de lo contrario ambas se desvirtúan. Si no se inician de inmediato los trabajos de la doble vía hacia Alcantarí, la utilización del nuevo aeropuerto se verá entorpecida por la distancia que, por nuestras características, es considerable. En otras partes del mundo, esa distancia pudiera no ser significativa, pero por la duración de nuestros vuelos, el poco cumplimiento de los itinerarios que generalmente se atribuyen a las condiciones atmosféricas, lo que no siempre es así, la deficiente carretera, la diferencia de altura y otras razones, esos 29 kilómetros se multiplican.
Finalmente, convendría que la ciudadanía conozca el proyecto del edificio Terminal, su diseño, sus dimensiones y la distribución de sus servicios. Siendo una obra pública, no tiene porqué mantenerse en reserva. Es indispensable que el visitante, desde el momento mismo de su arribo, se forme una idea de lo que es la ciudad a la que está llegando y mucho más en el caso de Sucre que tiene tanta historia y tanto que mostrar.
La falta de un buen aeropuerto y las limitaciones del actual han sido siempre un motivo o un pretexto para que muchas actividades, que deberían llevarse a cabo en nuestra ciudad por su condición de Capital de Bolivia, se las programe en otra parte. Ojalá que cuando esté funcionando el nuevo aeropuerto y se dote del mobiliario adecuado al Centro de Convenciones, cambie el trato discriminatorio e injusto que se da a nuestra ciudad, en la que ni siquiera se celebra el Día de la Patria, como corresponde.
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