¿Qué nos pasa señor? ¿Estamos locos?
¿Qué nos pasa señor? ¿Estamos locos?
Iván Arias Durán.- Esta fue la furiosa cuestionante que escuché de boca de un señor taxista el otro día, cuando tomé sus servicios para que me llevara a mi hotel. El señor escuchaba los debates sobre FANCESA en su radio. Inquieto le pregunté las razones de su bronca. “Tenemos que estar locos –me respondió–, bueno, dicen que los chuquis lo somos, pero no hay derecho que lo demostremos de esta manera”. Seguía sin entenderle. “Mire, se ha armado tremendo zafarrancho en torno a FANCESA: hay unos locos que no quieren que la empresa crezca, no quieren que nuestra empresa sea de dimensión nacional y, ojalá lo fuera, internacional… ¡somos unos pueblerinos!”, remató con sorna.
Motivado, me dediqué a averiguar sobre el “zafarrancho”. Enterado del problema y escuchado a los actores en disputa, como ciudadano de a pie, vallegrandino, con raíces serranas y radicado en La Paz, como dice nuestro Presidente, “no puedo entender” cómo ciudadanos de esta postergada y olvidada tierra se oponen a que FANCESA cope y compita mercados que la competencia codicia. Según un reporte de la estatal Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas (AEMP, 2011), se sabe que el 52% del mercado de cemento corresponde a SOBOCE, el 26.7% del mercado lo tiene Fancesa, el 16.6% de la producción es de COBOCE y el 4.7% de la producción es de ITACAMBA. El mercado del cemento en el país crece sosteniblemente cada año y Santa Cruz es uno de los mayores, en el que, todas las empresas, compiten por agarrar la mayor parte de la torta.
La negación a que FANCESA se expanda, crezca y compita como y entre las grandes, es una miopía que raya en la absurdez y en la falta de criterio básico. Los argumentos que usan los que se oponen a que se abra una sucursal, sí señor, una sucursal, en Santa Cruz, saben, en el fondo de su ser racional, que son baladíes e infantiles. Pero los ciega la politiquería barata, la tozudez de la consigna demagógica y la prelación de los intereses particulares antes que los colectivos y regionales. El asunto es tan grave y recurrente que inclusive algunos caen en el terreno de la miseria humana cuando por llevar la contra, atropellan hasta su sentir regional y su idiosincrasia, y es que si de ser mezquinos se trata, algunos hasta niegan y borran con el codo lo que sostuvieron con la pluma o la palabra.
Luego de analizar lo que ahora ocurre en Sucre, con relación a su más importante empresa, no dudo en llamarlo MEZQUINDAD*(1) cuyo significado es: “Falta de sentimientos nobles”, y luego de reflexionarlo, pienso que sí, definitivamente hay que carecer de nobleza para asumir un comportamiento como el descrito. ¿Es de gentes que aman su región, dejar que su empresa más importante se mantenga y estanque con sólo el 26% del mercado? ¿Es de gentes que aman su región, no permitir que su empresa compita con modernidad en uno de los mercados más dinámicos del país, como es Santa Cruz?.
Se pueden imaginar que la Cervecería Paceña se niegue a abrir una sucursal en Santa Cruz o una embotelladora en Sucre? ¿O que pollos Chuy, diga que son patrimonio camba y que no van a ir al collao? ¿No sería esto confinarse al agujero de la inanición y de la pérdida de mercados competitivos? ¿Esas personas que se oponen a la modernidad, el desarrollo y el progreso, sin darse cuenta o en su sano juicio, no se están convirtiendo en quinta columnistas de la competencia que quiere que FANCESA muera o se quede postrada a sus limitados mercados?
Muchas veces he repetido que los extremos son malos, y mientras más lo pienso más seguro estoy. Por eso, ante los últimos eventos del acontecer sucrense…. sigo defendiendo que lo ideal es buscar la razón y el sentido común; lamentablemente, hay algunas personas que se empeñan en apostar al sectarismo y el provincianismo que nos ha llevado a que entre nosotros nos saquemos lo ojos para que los tuertos ganen. Chuquisaca siempre ha perdido cuando sus hijos se han divido a favor de intereses ajenos. Basta con echar una revisión a la historia lejana y cercana para comprobar que nuestras mezquindades han hecho grandes a otros. Por favor, no actuemos con resentimiento, porque éste es como tomar veneno y esperar a que la otra persona muera. Y para terminar, recordemos lo que dijo Pablo de Tarso: “el que siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará también en abundancia”.
|