Jueves, 27 de febrero de 2014
 

SURAZO

La degradación del cholo

La degradación del cholo

Juan José Toro Montoya.- El vilipendio que han sufrido cholas y cholos a lo largo de su historia se traduce en las definiciones que se han hecho de estos, en su mayoría racistas y altamente misóginas.
Incluso un autor contemporáneo como Manuel Rigoberto Paredes (1870-1950) llegó a decir que “se ha dado el nombre de cholo al indio sin mezcla de sangre proveniente de otras razas, que adquiere costumbre de los blancos, viste como estos y habla el castellano”.
Sin embargo, la distinción entre indios y cholos data de los primeros años del periodo colonial. Josermo Murillo Vacarreza apuntó que “ya apareció como tal a menos de 30 años de la conquista del Perú”. Basándose en documentación original de 1698, Gunnar Mendoza encontró que la diferenciación era todavía más antigua: “resulta además muy claro que el uso del término cholo, con sus circunstancias, estaba ya consolidado hasta un tiempo aún más lejano”.
Por ello, hoy en día resulta más que evidente que el cholo es el mestizo; es decir, el resultado de la mezcla racial y cultural del conquistador español y el indio americano y el Diccionario de la Real Academia Española lo confirma así: “mestizo de sangre europea e indígena”.
La siguiente pregunta es ¿de dónde proviene el adjetivo?
En su “Vocabulario de la Lengua Aymara”, de 1612, Ludovico Bertonio lo enraíza con la voz “cchulu”: “meftizo, aunque ya casi no usa defte vocablo para ello”. Sin embargo, Joaquín Gantier tenía una teoría para ello y yo tuve el privilegio de escucharla cuando tenía 12 años, en el ya lejano 1980. Mostrándonos a mi madre y a mí un cuadro de una mujer española del siglo XV, Don Joaquín nos explicó, en la Casa de la Libertad, que la vestimenta que usaba era el de la chula, perteneciente a las clases populares de Madrid. La vestimenta era sorprendentemente parecida a la de la chola porque, según Gantier, fue copiada por las mestizas de los primeros años de la colonia en su afán de diferenciarse de las indias. La hipótesis es coherente, tiene sustento histórico y, lamentablemente, echa por tierra la presentada por tres egresadas de la Carrera de Turismo de la Universidad Mayor de San Simón que, mencionadas por Ramón Rocha Monroy, ubican el origen de la vestimenta de la chola cochabambina en un periodo posterior, 1781.
Lo que no queda del todo claro es por qué surgió el rechazo tanto de indios como de españoles al mestizo que, al final de cuentas, era el resultado de su mezcla cultural y racial. “Para el aimara debió ser el mestizaje tan repugnante como al español”, apuntó Antonio Paredes Candia en “La chola boliviana” y el mismo Gunnar Mendoza hace notar que la condición del cholo, como la del indio, lo hacía sujeto de tacha en los procesos judiciales del siglo XV.
Leyendo la descripción de Manuel Rigoberto Paredes no puedo evitar pensar que el intento del indio por parecerse al español era mal visto en los primeros años de la colonia, quizás por la traición de los caciques de Charcas cuyos descendientes querían vestirse y ser tratados como españoles.
O bien puede ser que, en aquellos años, la mezcla de razas haya sido mal vista por considerarla inmoral y antinatural. Es que los indios y españoles del siglo XV, y los siguientes, no sabían que la historia de la humanidad está llena de mestizajes y nadie puede presumir de tener sangre pura.