DANZA. El Integrantes de la escuela de samba del Grupo Especial Vai-Vai durante el desfile del viernes en Sao Pablo.
BLOCOS Y TRÍOS ELÉCTRICOS ARRASTRAN MULTITUDES EN BRASIL
El Mundial, dueño y señor en el inicio del Carnaval de Sao Paulo
El Mundial, dueño y señor en el inicio del Carnaval de Sao Paulo
Las fiestas del Carnaval en Brasil continuarán hasta el martes
Río de Janeiro/EFE
El Mundial de Fútbol de 2014 acaparó ayer el comienzo de los desfiles del Carnaval de Sao Paulo, cuyo sambódromo quedó inundado. Además de los motivos futbolísticos de las comparsas, la lluvia y en ocasiones el granizo dificultaron los primeros pasos de bailarines, músicos y carrozas.
A las 23:15, cumpliendo con el exigente horario de la organización, la escuela de samba Leandro de Itaquera inauguraba los desfiles del Grupo Especial, una especie de "serie A" del carnaval de la ciudad más poblada de Brasil en el sámbodromo de Anhembi, proyectado por el arquitecto Óscar Niemeyer.
Así, 2.500 personas bailaron con la omnipresencia del balón del Mundial, Brazuca, que formó parte de hombreras, sombreros y el cuerpo central de la primera carroza.
"Suelta el grito de la garganta...olé; para adelante Brasil, con el balón en el pie, y la gente se agita, tocan las palmas al son de la 'batucada' (percusión) del león", cantaron los más fieles de la escuela desde el primer momento del desfile que, como todos, duró 65 minutos.
En un recorrido de 530 metros, la primera fila de la comparsa (uno de elementos que se evalúa por separado) surgió de un saque del guardameta bajo los tres palos: paraguas pintados de blanco y negro ocultaban al resto de la plantilla quienes, coreografiados, finalizaron la jugada –como no podría ser de otro modo– en gol.
Sin descanso ni respiro, los once jugadores maravillaron con filigranas propias de los futbolistas profesionales y tras los infinitos toques, volvieron a esconderse, esta vez bajo una bandera brasileña que convirtieron en una enorme falda para una de las dos mujeres del equipo.
Tras ellos, apareció "el orgullo de las escuelas", como muchos denominan a la bandera que identifica a cada comparsa. La de Leandro de Itaquera, de franjas rojas y blancas, iba en las manos de una espectacular bailarina vestida con un corpiño ceñido y un gran faldón con los colores patrios, el amarillo y el verde.
Y esperando a la zapatilla que golpea la bola que presidía la segunda carroza, aparecieron cientos de bailarines divididos en temática y colores pero de nuevo sin olvidarse de Brazuca.
Cuando ya los componentes de la segunda plataforma pasaron por la torre de la mitad del recorrido, uno de los puntos desde donde observa el jurado, la lluvia comenzó a caer levemente y así aguantó unos 15 minutos, hasta que cayó el granizo y aparecieron las capas improvisadas entre los espectadores.
Pese a ello, Leandro y sus fieles siguieron bailando y cantando "Itaquera va a temblar, yo quiero ver al pueblo delirar", con la bailarina principal al final, la "musa" Andressa Urach, que vestida con un disfraz donde predominaba la pedrería, se llevó los flashes de los fotógrafos y la atención de los presentes.
En Río y Recife
Cerca de 1,5 millones de personas en Río de Janeiro y unas 1,1 millones en Recife bailaron ayer al ritmo de los dos "blocos" más populares de Brasil.
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