LA NOTICIA DE PERFIL
Un Diablódromo para Oruro
Un Diablódromo para Oruro
Paulovich.- Al retornar de Oruro luego de haber salvado milagrosamente nuestras vidas, mi pariente espiritual me tomó en sus brazos y me condujo a La Paz en mi motocicleta Harley Davidson depositándome en mi hogar sano y salvo, atribuyendo el milagro de estar vivos a la intervención milagrosa de mi Ángel de la Guarda a quien suponíamos ya muerto después de haberme cuidado tantos años.
Al retornar a nuestras labores periodísticas, la cholita cochabambina observó que en todos los periódicos se comentaba acerca del accidente carnavalero que se produjo en Oruro a raíz del cual murieron cinco músicos de la célebre Banda “Poopó” y varias decenas de entusiastas carnavaleros resultaron heridos, por lo cual sugerí inocentemente a mi comadre la necesidad de que yo le practicase un examen para saber si se hallaba lesionada de alguna parte de su cuerpo, haciendo ella idéntico examen con mi cuerpecito. La ciudadana de Quillacollo, que es más viva que las arañas, negó tal posibilidad y me dijo con certeza de que ambos nos encontrábamos ilesos.
Ante la posibilidad de que la alcaldesa de Oruro, señora Rocío Pimentel, fuera sometida a juicio de responsabilidades, Macacha salió en defensa de la autoridad y acusó a la fatalidad del mencionado accidente. Por el afecto y la gratitud que siento por mi comadre, le insistí en hacer un recuento de sus huesos para comprobar si estaban todos ellos en buen estado, pero la cholita se negó definitivamente a permitirme tal recuento, pues dijo que se sentía bien y que no le faltaba ni un solo hueso ni tampoco un cartílago, pasando la conversación a otros temas emergentes del terrible accidente.
Macacha me habló del Sambódromo existente en Río de Janeiro y del Cambódromo por donde desfila ahora el Carnaval de los cruceños. Basado en tales experiencias, dije a mi comadre cochabambina que en Oruro deberíamos construir en breve “El Diablódromo”, pues las Diabladas que existen en Oruro concitan la mayor admiración de quienes visitamos y participamos del Carnaval de Oruro.
Mi comadre Macacha batió palmas al escuchar mi proposición, me levantó en sus brazos, me despeinó, me besó en las mejillas y en las orejas, y lanzó al aire su grito de mariachi de “ay, ay, aaayyy, aaaayyyyyyyy Jalisco no te rajes”, y luego de apechugarme como le dio la gana, me lanzó sobre el sofá de mi living. A continuación, llamó por teléfono a algunos periódicos de La Paz y de otras ciudades del país para anunciar que su compadrito Paulovich más conocido en los círculos gubernamentales como Paulino Huanca, sugiere a las autoridades gubernamentales, municipales, cívicas y folklóricas de Oruro, la construcción de una avenida carnavalera que se llamará “El Diablódromo”.
Macacha agregó a mi proyecto original que “el Diablódromo” también podría llevar el nombre de Evo Morales Ayma, nombre que resulta más cabal a un Diablódromo que a un aeropuerto internacional que ya tiene el nombre imborrable de “Juan Mendoza”.
Macacha resumió mi iniciativa diciendo: “El Diablódromo podría llamarse Evo Morales Presidente Vitalicio de Bolivia”.
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