Miércoles, 12 de marzo de 2014
 
Una última opinión sobre la ampliación de Fancesa

Una última opinión sobre la ampliación de Fancesa

Gastón Solares Ávila.- Es una pena y hasta una vergüenza que los sucrenses tengamos que solucionar nuestros problemas en las calles, con discursos encendidos, tratando de traidores e insultando a quienes coyunturalmente tienen opinión diferente. Es, asimismo, una pena que se politice un tema tan importante como el de FANCESA, cuya actividad es vital para nuestra región.
Nadie es dueño de la verdad y si las opiniones están tan divididas es porque el problema no es fácil de resolver. Por tanto, el respeto a la opinión ajena, la serenidad y un análisis profundo en el que se consideren los intereses empresarial y regional, no siempre coincidentes, tienen que ser los mejores instrumentos para tomar, al final, la decisión más conveniente para nuestra ciudad y nuestro Departamento.
La ampliación de FANCESA no está en discusión porque empresa que no está en constante expansión está destinada al fracaso. Por tanto, el problema se limita a efectuar parte de la inversión en Santa Cruz, lo que es coincidente con el interés empresarial. Si yo he manifestado públicamente mi criterio de que es más conveniente efectuar toda la inversión en Sucre es porque sinceramente creo que esa opción es mejor para la región.
Las razones que justifican mi manera de pensar tienen que ver con futuras ampliaciones, porque los mismos argumentos que justifican hoy efectuar parte de la inversión en tierra cruceña se mantendrán y, por tanto, en cada ampliación será mejor invertir más en Santa Cruz que en Sucre.
Por eso es necesario, a mi juicio, considerar otras opciones, por difíciles que sean, como persuadir al Gobierno nacional para que no instale otras fábricas similares en departamentos vecinos, a los cuales puede compensar con otras inversiones que no pongan en riesgo las empresas que ya existen en otras regiones, que también son parte de Bolivia. El claro ejemplo, en economía de mínima escala, es el de la maquinita de helados que compra un ciudadano y que tiene gran éxito, hasta que lo imitan los vecinos y todos se van a la quiebra.
En más de 50 años, no se ha asfaltado la que denominamos ruta del cemento que es la que nos vincula con Santa Cruz. Es inexplicable que el poderoso sector del transporte no haya presionado utilizando su poder, para lograr que se asfalten los 220 kilómetros que faltan en una distancia total de 500, lo que implicaría una reducción importante en los fletes haciéndonos competitivos.
Es también una pena que siendo FANCESA propiedad de tres entidades públicas tan importantes, no utilicen su influencia para lograr que se hagan factibles las dos estrategias indicadas. Obviamente, para eso tendrían que trabajar unidas, lo que no se ha logrado antes ni ahora, como demostración fehaciente de que los famosos intereses políticos nos han perjudicado y nos siguen perjudicando, por lo que el proceso de cambio en este campo no ha cambiado nada.
Si el tramo cochabambino entre Aiquile y La Palizada tuviera interés para los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba, seguramente ya estuviera asfaltado, pero la verdad es que somos los chuquisaqueños los más interesados porque esa opción es importantísima no solamente para el cemento, sino para todos nuestros otros productos.
Ojalá que al final el problema se resuelva en la mejor forma posible, mediante diálogos respetuosos y cordiales, y no en las calles o utilizando spots radiales y televisivos, porque esa táctica nos divide y demuestra nuestra incapacidad de ponernos de acuerdo.
Con esta nota que sintetiza mi modesta opinión, basada en mi experiencia empresarial, le pongo punto final a este tema ya que he dicho lo que siento la obligación de decir, sin saber que mi criterio en algunos casos hubiera sido utilizado políticamente por gente que sabe que jamás tuve compromiso político alguno. Hago votos para que los representantes de los copropietarios, asesorados por profesionales de experiencia y capacidad, tomen la mejor decisión para Sucre y toda la región.