Miércoles, 12 de marzo de 2014
 
La cultura y el folklore bolivianos

La cultura y el folklore bolivianos

Víctor L. Sánchez Sea.- Las manifestaciones folklóricas que tiene Bolivia dan muestras de su riqueza cultural y de la seducción a propios y extraños por la armonía de sus cantos y bailes, la naturalidad del contenido de los primeros y el donaire de quienes practican los otros.
Las fiestas religiosas bolivianas, en las que se arraigaron esas expresiones culturales, permiten apreciar un místico colorido en trajes tradicionales que cobran vida en las fastuosas danzas de sus cultores. Éstas se destacan por su originalidad, su vestimenta, su procedencia, su música y por el manejo de instrumentos nativos exclusivos; forma parte de nuestro folklore cuyo resultado emerge de la conjunción y síntesis cultural de las tradiciones, costumbres y creencias que poseemos.
Estos hechos hacen del país uno de los más ricos, pero su difusión debe ser preservada, porque es motivo de apropiación ante su amplia expansión y la carencia de respeto a lo ajeno. Eventos de presencia masiva recientes en Chile son contundentes ejemplos, a más de otros, que le señalan de conducta usurpadora, calificativo que se da a quien se apodera de algo que no le pertenece y eso sucede con el Mapocho, que de manera recurrente acude a la danza boliviana para deleitar a su público, bajo el argumento de que ella es andina, utilizando los mismos trajes y aires musicales, incluso de manera caricaturesca.
En una época de mundialización de todos los aspectos que hacen a las realizaciones humanas, no sería un acierto oponerse al uso del folklore, a la representación de nuestras manifestaciones artísticas y a la difusión de las mismas; no obstante la forma de su uso, que muchas veces llega a la ignominia, merece el rechazo total.
Debe entenderse de una vez que la cultura es considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias, tal como lo afirma la UNESCO; la cultura y el folklore boliviano son fruto de esas prácticas.
Son la representación de lo mejor y considerados como lo más valioso del patrimonio de los pueblos, es el legado más importante que heredan las naciones, en ellos están trasuntados su imaginación a través del tiempo y el espacio; por tanto, es necesario su conservación, que si bien pueden ser transmitidos y aprendidos por otros, deben ser utilizados respetando su origen y la identidad de los pueblos.
Corresponderá al Estado recurrir a la UNESCO para la protección de ambos. La Declaración Universal sobre la diversidad cultural prevé su uso y también su defensa, de esa manera se podrá exigir el respeto a las tradiciones y costumbres nuestras, propiciando ese uso para permitir a quienes la utilizan, además de su expansión, un esparcimiento moral y espiritual.