DESDE EL FARO
La triste historia del Archivo politizado
La triste historia del Archivo politizado
Lupe Cajías.- ¿En medio de las cartas de sosas, ormacheas y demás corte, qué importancia puede tener una noticia que afecta a unos documentos de hace 500 años? Para la mayoría de la gente, los papeles son sólo eso, papeles. Pocos comprenden que en esa ruta está la construcción de la nación, sus certezas y sus tropiezos.
Cuando hace un par de años, la comunidad de historiadores permitió el asalto político al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, escribí una protesta segura de que aquel era solamente el primer capítulo.
El cerco premeditado por los directivos de la Fundación Cultural del Banco Central, responsables del ABNB, contra Marcela Inch por ser madre de un joven falangista y por no estar dispuesta a convertir el repositorio en otra fuente de pegas, se repite y se repetirá porque el principio de la institucionalidad fue quebrado y un vidrio roto no se recompone.
Muchos rumores se repiten en el medio académico mientras caen como dominó los directores del que fue prestigioso Archivo latinoamericano. No hay certeza a qué instrucciones (a qué mandatario del “más alto nivel”) obedece el Directorio de la FCBC, después de quebrar su autonomía; pero están nítidos los móviles políticos.
Conocemos las versiones personales de los directamente afectados que cuentan cómo recibieron “sugerencias”, “advertencias” y hasta amenazas de “enviados desde La Paz” hasta la intromisión de los “movimientos sociales” que, de pronto, se interesan por la memoria colectiva.
También se nombra a un conocido archivista neo masista que estaría digitando varios cambios porque cree que ese es un puesto “político”, “de confianza”. No sabíamos aquello, perdón por la ignorancia. ¿Eran políticos al servicio de un régimen Gunnar Mendoza o Joseph Barnadas? ¿Confianza de quién?
La versión que llega desde Sucre señala como responsable de las movidas a un parlamentario chuquisaqueño, con ideas de estirpe heredera, que quiere tomar esas riendas directa o indirectamente, con el apoyo de los grupos de choque. En muchas entidades, el MAS divide salarios hasta en tres para dar pegas y asegurar votos.
Al menos dos intelectuales simpatizantes del MAS, sin experiencia en archivística, habrían sido consultados y según sus colegas se excusaron porque el salario es inferior a las consultorías.
No importa quién venga, el daño está hecho y ningún futuro director o plantel académico del ABNB tendrá seguridad de poder planificar y trabajar, de contar con personal interesado técnico, funcionarios con la guía del servicio público.
Nos vemos en 10 años, cuando las quejas y los llantos sólo sirvan como una aspirina para la consciencia.
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