PAREMIOLOCOGI@
Ecos del Ormachea & Sossagate
Ecos del Ormachea & Sossagate
Arturo Y��ez Cortes.- Se escriben r�os de tinta y agotan mares de saliva sobre las �revelaciones� realizadas por los otrora poderosos funcionarios estrella del gobierno Polic�a Ormachea y Fiscal Sossa, ahora degradados por su Jefazo a la acostumbrada calidad de �delincuentes confesos� y dem�s adjetivos despectivos� cuando se les caen en desgracia.
Pongo revelaciones entre comillas, pues para muchos medianamente informados los datos �ltimamente publicados no son revelaciones en sentido estricto �eran de conocimiento cuasi p�blico desde hace tiempo atr�s, detalles m�s /detalles menos- aunque ciertamente su novedad surge a partir de las fuentes, en un caso del propio Sossa y en el otro del zar anticorrupci�n Ormachea, a trav�s del mism�simo FBI (sus declaraciones completas est�n en http://eju.tv/2014/03/transcripcin-completa-de-las-declaraciones-de-ormachea-en-video-del-fbi/).
As� los hechos, no puedo desaprovechar la ocasi�n para (llevando agua a mi molino dem�crata y por tanto garantista), resaltar la importancia que tiene para cualquier estado que respete a sus ciudadanos, al menos si los trata como tales y no como burdos objetos, de tener un sistema de justicia que m�s all� de lo que digan sus normas, sea independiente e imparcial, siendo operado por funcionarios que adem�s de honestos e �ntegros, procedan como tales, especialmente respecto de los poderes f�cticos, sean de la naturaleza que sean: econ�micos, pol�ticos, partidarios, sociales, etc.
Y es el que Ormachea & SossaGate se presta a muchos aprendizajes, que no por lo reiterativos debieran pasar desapercibidos. Un estado se deshonra a s� mismo, cuando trata a sus ciudadanos �por muy opositores que sean e incluso hasta hayan delinquido si fuera el caso- como simples objetos y no como seres humanos, peor cuando como en el caso, los verdugos son funcionarios p�blicos que lo representan, peor si son altos cargos. Es decir: para combatir la delincuencia, el estado no puede rebajarse a usar los mismos m�todos que aquella utiliza y peor, si la sentencia de su jefazo fuera cierta, usar a delincuentes para combatir a otros.
Tambi�n, fuera interesante �recordando aquella espectacular sentencia del viejo CARRARA: �el derecho penal es una ciencia asquerosa que se limita a racionalizar el poder punitivo del estado para tratar de justificarlo�- convenir que el peor negocio para una sociedad, es despreciarse as� misma utilizando la peor de las fuerzas que dispone �el derecho penal, que puede asesinarte legalmente (mediante la pena de muerte) o por lo menos sacarte de circulaci�n (mediante la detenci�n)- de manera arbitraria, desp�tica y descontrolada. Por ello, un derecho penal ejecutado sin l�mites, es decir exactamente lo opuesto a lo que postula el garantismo, s�lo puede producir lo que hoy, -pese a los pataleos de ahogado del oficialismo- estamos asqueados presenciando, aunque algunos se hagan a los sorprendidos y hasta indignados. Otros hacen papelones, tratando de justificar su encubrimiento o incapacidad para trancar la puerta, luego que el huido ya est� tomando caipirinhas en alguna playa carioca.
�C�mo se deviene en tan infame situaci�n? Meti�ndole no m�s aunque sea ilegal o, en t�rminos menos torpes y r�sticos, anhelando tener no s�lo el gobierno sino el control �total- del estado, pues bien ya lo dijo ACTON El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente, aunque los actuales servidores de esa vil l�gica har�an bien en recordar tambi�n aunque sea por elemental sentido de sobrevivencia que aunque el poder sea absoluto, nunca ser� eterno y encima de yapa, no existen cr�menes perfectos�
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