Lunes, 24 de marzo de 2014
 

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Las inundaciones y las represas

Las inundaciones y las represas

José Guillermo Tórrez G. O..- La geopolítica brasileña ha tenido una huella fijada por el Imperio Lusitano desde el siglo XVI, en América, con un objetivo de expansión sostenida hacia el oeste. En la década de 1930 fue el capitán Mario Travassos y, posteriormente en los 60, el general Golbery Couto da Silva, quienes plantearon las nuevas dimensiones de los principios de la geopolítica clásica de dotar al Brasil de liderazgo y dominio continental, con lo que vino a llamarse la tesis de las fronteras vivas.
En este siglo XXI, mantiene vigente ese propósito de dominio político, económico y cultural, como "nación continente" con un territorio de 8.511.965 km 2, con una población de mas de 180 millones de habitantes, con una serie de proyectos de integración con todos los países limítrofes. No es sorprendente que Brasil hubiese logrado pasar, en un tiempo muy breve, de una economía ganadera, agrícola casi exclusivamente cafetalera, a otra industrial, moderna y eficiente que le da pie para aspirar a convertirse en potencia mundial. Sus necesidades energéticas obligan a implementar proyectos, tanto petroleros, gasíferos y el megaproyecto del río Madera.
La Agencia Nacional de Energía Eléctrica del Brasil (ANEEL) otorgó la licencia a las empresas Furnas Centrais Eletrica y Constructora Norberto Odebrecht para la construcción de dos centrales hidroeléctricas sobre el río Madeira, en el tramo Abuná- Porto Velho, en las localidades de Jiraú a 84 Km. de la frontera con Bolivia, tiene 52 turbinas con una capacidad de 75 Mw. cada una, que producirá 3.900 Mw. y Santo Antonio, cerca de Porto Velho, con 50 turbinas y 71.6 Mw con una producción de 3580 Mw, ambas con un total de 7.58 Gw. Este fluido eléctrico producido será transportado hasta Cuiaba, Matto Groso.
Para una mejor comprensión, la represa de Itaipú, sobre el río Paraná, hasta hace poco la más grande del mundo con 18 turbinas produce 12 GW, recientemente superada por Las Tres Gargantas de China, con 18,2 GW. que comparando con la capacidad instalada en Bolivia, alcanza a un GW.
Lo que ha preocupado a los ecologistas bolivianos es el tema de los riesgos e impactos ambientales de estos proyectos, que existen. Partimos del principio que cualquier represa, que es una barrera en un caudal del río, reduce la velocidad de la corriente, provoca sedimentación en el fondo y el natural incremento del nivel.
Los proyectistas brasileños manifestaron que por la pequeña extensión del impacto de cada una de las represas no afectará a poblaciones bolivianas. Sin embargo, ahora, nos damos cuenta de que muchos profesionales teníamos razón, y las inundaciones en Beni y Pando así lo demuestran, de todos estos antecedentes el Gobierno brasileño con este megaproyecto sintetiza con una expresión muy importante de su Canciller cuando se iniciaban las construcciones de estas represas “No dejaremos de hacer cosas que son nuestro derecho”. Para este tema tan importante era necesario declarar zona de desastre nacional por las impresionantes inundaciones, llenas de dolor y sufrimiento para nuestros hermanos que ha conmovido a todos los bolivianos y contar con este importante argumento relativo a las hidroeléctricas brasileñas, que no es un subterfugio sino una verdad incuestionable y evitar hacer política con este drama.
Por satélite se puede apreciar que la Amazonia brasileña muestra una depredación intensa, en tanto que en el lado boliviano se observa una naturaleza intacta. Esto nos obliga a asumir nuestro desarrollo con precaución, preservando nuestra naturaleza.