Homenaje de adhesión de la Casa de la Libertad a Don Joaquín Gantier Valda
Homenaje de adhesión de la Casa de la Libertad a Don Joaquín Gantier Valda
Mario Linares Urioste.- La Casa Nacional de Moneda, la Sociedad Geográfica y de Historia Potosí y el periódico El Potosí harán un homenaje al célebre patricio Don Joaquín Gantier; por ello, la Casa de la Libertad, emocionada, se suma a este merecido reconocimiento.
Al homenajear a Don Joaquín estamos también rindiendo nuestra admiración y agradecimiento a Potosí y a los potosinos porque Don Joaquín, como dicen en Sucre, era el mejor chuquisaqueño que dio Potosí. Y hubo otros también destacadísimos como el ilustre guardián de la memoria boliviana Don Gunnar Mendoza.
Ambos representaban con honor y gloria a los miles de potosinos que se afincaron en Sucre, y aún lo hacen, enriqueciéndola con su trabajo honrado y su civismo, o a esos otros también miles que si bien nacieron en Sucre, sus ancestros, sus raíces, sus recuerdos, sus amores, están en esa ciudad Patrimonio de la Humanidad al pie de su heroico y fustigado Cerro Rico.
Ambos patricios, más allá de sus orígenes, nos dieron el testimonio de una apasionada vida dedicada a conocer y a unir a la familia boliviana.
La Sociedad Geográfica y de Historia Sucre, en su última Sesión de Honor el 14 de marzo, en la Casa de la Libertad, homenajeó públicamente a Don Joaquín resaltando aspectos como el de su vibrante oratoria con la que contagió de amor a la Patria a varias generaciones en las que dejó grabada su memoria. También la misma Sociedad, por impulso de su presidente Lic. Gastón Solares Ávila, otro chuquisaqueño con profundas raíces potosinas, acaba de publicar, como un imperecedero homenaje, el libro con Los Poemas de los Gantier, donde los lectores de hoy y mañana podrán tener el privilegio de leer, aprendiendo, disfrutando y ensoñando, las poesías de Don Joaquín.
Como otro homenaje permanente, la importante Biblioteca especializada en historia y geografía y el Archivo de documentos históricos en la Casa de la Libertad, fueron bautizados con el nombre del tan ilustre potosino Joaquín Gantier Valda.
Sucre y Bolivia le deben a Don Joaquín el haber rescatado de la destrucción y del olvido a la Casa de la Libertad que es la casa materna que abraza, sin excepción, a todos los que vivimos en esta bendita tierra.
Pero Sucre no sólo le debe a Potosí un Joaquín Gantier o un Gunnar Mendoza, sino que esta ciudad cuando era conocida con el nombre de La Plata, recibió la Cédula Real de Felipe II (hijo de Carlos V, cuyo nombre lleva la Villa Imperial) estableciéndola como Sede de la Real Audiencia de Charcas y dictaminaba el Rey que la principal razón, entre otras, era su cercanía a Potosí.
Por tanto el gran poder de la ciudad de La Plata durante siglos en la época colonial, como capital plena de un inmenso territorio que hoy abarca varios países de América, le fue dado por la Corona por estar tan cercana a Potosí.
El escudo de Chuquisaca lejos de mostrar sus cerros tutelares Churuquella y Sica- Sica, como muchos sucrenses desinformados creen, muestra precisamente el Cerro Rico y el Cerro de Porco ambos de Potosí.
Gracias a Don Joaquín y a Don Gunnar hoy somos más bolivianos. Pero Potosí y Sucre, se podría afirmar, no son dos ciudades hermanas.
La una es extensión de la otra y sus vidas están ligadas de tal forma que no pueden ser separadas. Son muchísimo más que ciudades hermanas. Son extensiones de un mismo espíritu, son en sí mismas una sola. Esa es la enseñanza, que junto a muchas otras, le debemos a Don Joaquín Gantier.
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