Miércoles, 26 de marzo de 2014
 

CATÁSTROFE. Paisaje desolador en el condado de Snohomish, en el Estado de Washington.
CATÁSTROFE. Paisaje desolador en el condado de Snohomish, en el Estado de Washington.

MIENTRAS AUMENTA LA INCERTIDUMBRE

EE.UU. declara emergencia tras corrimiento de tierras

EE.UU. declara emergencia tras corrimiento de tierras



Al menos 14 personas murieron y más de un centenar desaparecieron

Washington/EFE

El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció ayer que firmó una declaración de emergencia para acelerar la respuesta al desprendimiento de tierras que causó 14 muertos y 170 de desaparecidos en una población del Estado de Washington, en la costa oeste de EEUU.
En la rueda de prensa posterior a la reunión de la III Cumbre de Seguridad Nuclear, Obama dijo que habló por teléfono con el gobernador del estado, Jay Inslee, para informarle de la declaración de emergencia federal y reconocer "que ésta es una situación muy dura".
"Nos tenemos que asegurar que recibe (Inslee) todos los recursos que necesita... la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército también ha sido enviado a asistir", explicó Obama.


CRECE LA ANGUSTIA
La inestabilidad del terreno inundado de lodo y la amenaza de nuevas lluvias complican las labores de rescate y el recuento provisional de víctimas, lo que llevó el lunes a que en menos de 24 horas la cifra oficial de muertos pasara de 8 a 14 y la de desaparecidos de 18 a 108 y, poco después, a 176.
En la mañana del sábado, una avalancha de tierra y lodo sepultó en pocos segundos 49 viviendas del pequeño pueblo de Oso, donde viven unas 200 personas y que está a 60 kilómetros al noroeste de Seattle, uno de los principales centros urbanos de Estados Unidos.
Las autoridades consideran las lluvias torrenciales y la historia geológica de la zona como causas principales del suceso, que habría tenido consecuencias menos graves, según los expertos consultados por los medios estadounidenses, si se hubiera prevenido a la población y si las viviendas de la zona estuvieran hechas de materiales de mejor calidad.
En la zona del suceso las casas están distribuidas de manera dispersa en medio de la naturaleza, en muchos casos se trata de hogares prefabricados o incluso caravanas, y los vecinos tienen ingresos bajos o medios.
Sólo la mitad de las casas destrozadas estaban habitadas de manera permanente, puesto que la población de Oso es variable.
El barro sepultó parte de la carretera estatal, por lo que las autoridades recomendaron la evacuación de los residentes cerca del río Stillaguamish, ya que la tierra bloqueaba el curso fluvial y podría provocar inundaciones.

Peor momento

El desprendimiento de lodo que aplastó las viviendas se produjo el sábado por la mañana, cuando la mayoría de los residentes estaban en sus hogares y no en sus actividades.