OJO DE VIDRIO
El legado indígena
El legado indígena
Ramón Rocha Monroy.- Apoteósica fue la presentación del libro “El legado indígena” en versión castellana, del antropólogo norteamericano Jack Weatherford, que tuvo lugar en La Paz, Sucre y Potosí. El libro editado por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia fue presentado por el escritor Félix Layme Pairumani y elogiado por el punto de vista de este prestigioso investigador americano, que hace al menos dos décadas denuncia el aporte cuantioso de América para la consolidación del capitalismo no sólo en oro sino en productos agrícolas, en costumbres, en gastronomía y en formas de organización económica, política y social.
Así lo sintetizó el presidente del Banco Central de Bolivia, Marcelo Zabalaga, al referirse al tomate, sin el cual no se podría hacer la lasagna ni el spaghetti italiano, la cochinilla, que sirve para dar un tinte indeleble a los tejidos, el algodón americano, que provocó la revolución industrial en Inglaterra y llegó a significar más del 50 por ciento de las exportaciones del imperio al mundo; el sistema federal y democrático del pueblo iroqués, que fue adoptado por la Constitución americana por George Washington y los fundadores de los Estados Unidos; la papa, sin la cual no se haría la tortilla española ni el fish`n potatoes, plato típico de todo el Reino Unido; el maíz, el cacahuate, los frijoles, la yuca, la batata, el chocolate, el achiote, el ají en sus múltiples especies fueron aportes claros a la cocina y la gastronomía occidentales. Sin embargo, todavía seguimos aportando a la riqueza de occidente con nuestros 150 millones de inmigrantes que cotizan al seguro y han determinado que la salud en España sea completamente gratuita hasta hace poco, incluso para los visitantes y turistas. Zabalaga citó una investigación de México, que aportó con 40 millones de inmigrantes a los Estados Unidos, los cuales aportaron 11.000 millones de dólares a la riqueza norteamericana.
En Sucre, el Concejo Municipal concedió a Jack Weatherford la Orden del Gran Mariscal de Ayacucho en la enorme capilla donde se fundó la República de Bolivia. El programa resonó en términos nuevos al ser expresado en castellano y quechua, un idioma que el consejero de la Fundación Orlando Pozo puso de relieve al presentar el libro en ese idioma originario. Minutos antes, la licenciada en Turismo, estudiante de Historia y guía de la Casa de la Libertad, presentó el libro en un discurso impecable por su capacidad de síntesis, su dicción, la precisión de su lectura y el remate con una frase en quechua, que resonó en el recinto donde nació la República.
Jack Weatherford agradeció con una palabra nueva que aprendió en Sucre: Pachi, pachi, pachi. Gracias, gracias, gracias. “Es un predicador”, comentó con agudeza el consejero Cergio Prudencio, el artífice de la traducción, la cesión de derechos y amigo personal junto a la esposa del profesor americano, quien insistió en el enorme aporte indígena originario a occidente. “¿Qué dio Bolivia al mundo? Todo, todo, todo. ¿Qué le dio el mundo a Bolivia? Nada, nada, nada”, fueron las palabras más expresivas de Weatherford. Mientras los indígenas de América perfeccionaban una cultura de paz y una medicina avanzada, el capitalismo en occidente propició la carrera armamentista, la bomba atómica y el abuso en la explotación de los recursos naturales y de los seres humanos en el resto del mundo, dijo Weatherford. En occidente, se atribuye el crecimiento de la ciencia y la tecnología al Renacimiento, pero se ignora el enorme aporte del Nuevo Mundo en toda clase de recursos, porque son temas que no figuran en ninguna Historia Universal escrita en occidente o por autores americanos o africanos de formación occidental. Así ocurre con los grandes filósofos políticos.
La presentación en la Casa de Moneda de Potosí se realizó ayer. Un libro muy interesante que acaba de publicar esta institución es “La Falsificación de la Moneda por Francisco Gómez de la Rocha”, basado en estudios de fuentes primarias que prueban hasta qué punto la moneda de plata potosina era un instrumento de pago en todo el mundo, lo mismo en Europa que en Turquía o en Sumatra; pero a raíz de la baja subrepticia en la ley de la plata, los ricos comerciantes del sistema mundial ya no la quisieron aceptar como instrumento de pago y sólo recibían lingotes, por lo cual el rey Felipe II envió a Potosí a un visitador que mandó a la horca a las principales autoridades de la Casa de Moneda. Rocha era muy poderoso y repartía monedas a manos llenas en las frecuentes fiestas potosinas, por lo cual fue ejecutado en la cárcel, porque el pueblo se hubiera rebelado si, al estilo de la época, se lo ejecutaba en público. Hoy se conserva la casa de Rocha en Potosí así como la leyenda del tesoro de Rocha, que dicen era cuantioso y fue ocultado en una de las lagunas que beneficiaban los minerales del Cerro Rico. Un dato que le ha de interesar a Jack Weatherford.
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