Demasiado lindo para ser cierto
Demasiado lindo para ser cierto
Gastón Solares Ávila.- La realidad y el deterioro de nuestro centro histórico y el crecimiento desordenado de esta vieja Villa, han producido una especie de resignación colectiva en los ciudadanos, llevándolos a una pasividad deprimente. El custodio de la Casa de la Libertad, después de su estadía en la ciudad norteña de Salta, en la Argentina, decía que mientras los salteños hacen lo posible por contribuir a la obtención del título de ciudad patrimonial, lo que a pesar de su esfuerzo aún no han conseguido, los chuquisaqueños hacemos todo para perderlo.
Sin embargo, durante los últimos días, la prensa ha informado sobre una serie de proyectos que estarían próximos a ejecutarse. Parece que al fin los munícipes se han puesto de acuerdo para suscribir un contrato con ISSA Concretec y enfrentar el recapamiento de la avenida de la vergüenza, que nos vincula con la fábrica de cemento y con el Parque Cretácico. Será la oportunidad para acabar con las casetas construidas en terreno municipal, que insólitamente cuentan con energía eléctrica, que hacen de esa ruta una maestranza de camiones, prestando un servicio que debería estar ubicado en otra parte.
Se ha hecho conocer también que la adquisición de la planta asfáltica cuya noticia primero ocasionó entusiasmo, porque se supuso que se iniciarían de inmediato los urgentes trabajos de recapamiento especialmente en la zona central, continuando los que se hicieron con eficiencia y buen criterio en la anterior gestión municipal, provocó poco después una frustración general porque la planta adquirida hace más de un año, resultó incompleta. Parece que se la ha completado y que pronto se empezarán los trabajos para hacer que las calzadas de esta ciudad, que parecían primero bombardeadas y ahora parchadas, recuperen un aspecto digno de la capital boliviana.
Por si fuera poco, se asegura también que la Gobernación hará trabajos similares en la carretera hacia Yotala y que dotará al Centro Internacional de Convenciones del mobiliario adecuado.
Si a todo esto se suma el hecho de que el nuevo aeropuerto está en plena construcción, aunque no haya fecha de entrega porque los trabajos están atrasados, lo que al final no importa mucho porque el actual sigue prestándonos un valioso servicio, la situación general actual puede cambiar radicalmente, lo que obviamente llena de esperanza.
Existen otras necesidades que se pueden enfrentar simultáneamente que tienen que ver directamente con el aspecto general de la ciudad. Una campaña de educación en todos los medios, con la participación de varias instituciones, declarando guerra a muerte a la basura, no es algo imposible si existe decisión. Ensanchar las aceras, siguiendo el ejemplo de la calle Nicolás Ortiz, entre Colón y Dalence, es una experiencia que facilita el tránsito del peatón, sin interrumpir el tráfico de vehículos ya que queda espacio suficiente en la calzada para dos carriles.
Esta cruzada inicial para mejorar en breve tiempo la imagen de Sucre, puede complementarse con un concurso de embellecimiento de los balcones, que se pueden adornar con flores de varios tipos como en otras ciudades. La Alcaldía podría otorgar premios que incentiven a los propietarios de inmuebles que entrarían en competencia entre vecinos para embellecer entre todos las calles de la ciudad. Si además se dispone y se controla el pintado de fachadas en los colores adecuados, se podría devolver a Sucre su característica de ciudad blanca y limpia, advirtiendo a los partidos políticos sobre las sanciones de pintar paredes en esta época preelectoral, así como a las empresas privadas que no respetan las disposiciones sobre esta materia.
Por fin hay noticias alentadoras que despiertan cierto optimismo, aunque la verdad es que son demasiado lindas para ser ciertas. El mal ejemplo cunde, pero también el bueno, de manera que podemos abrigar la esperanza de que se iniciará finalmente un período de restauración que la ciudad requiere desesperadamente.
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