Martes, 8 de abril de 2014
 

LA NOTICIA DE PERFIL

En el Día Mundial de la Salud

En el Día Mundial de la Salud

Paulovich.- Gordita, rozagante y lustrosa, mi pariente espiritual me anotició de la celebración del Día Mundial de la Salud y cuando quise abrazarla para apechugarla un poco, ella me paró en seco recordándome que alguna vez le dije que ese gran día se celebra en muchos países menos en Bolivia, porque un gran sociólogo y paisano nuestro había escrito un libro titulado “Pueblo Enfermo”, donde se nos diagnostica de muchos males que padecemos hasta hoy.
La buena memoria de la cholita cochabambina refrescó la mía y me impulsó a decirle que el autor de esa obra fue don Alcides Arguedas hace más de cien años, y casi todas las enfermedades diagnosticadas continuaban atacándonos, como por ejemplo la pleitomanía, que no es otra cosa que la afición que tenemos muchísimos bolivianos a pleitear entre nosotros en juicios interminables, como por ejemplo el caso Terrorismo I y Terrorismo II, que continúan hoy con la huida del fiscal Soza al Brasil, facilitada por algunos agentes gubernamentales.
Ese diagnóstico de “Pueblo Enfermo” llevó a mi comadre a examinarme con su mirada profunda para saber algo más acerca de mi estado de salud observándome con sus “chaskañawis” para luego decirme que sufro de “evitis”, lo cual me inquietó, pidiéndole que me explicara en qué consistía esa enfermedad, explicándome la doctora nacida en Quillacollo: “Usted, compadrituy, sufre de ‘evitis’ porque le gustan las cosas grandes como yo y las cosas costosas como su motocicleta Harley Davidson; su mal se llama así porque los afectados de ‘evitis’ suelen comprarse aviones caros y grandes, automóviles blindados y hasta satélites artificiales. El síntoma más claro para diagnosticarle ‘evitis’ es la afición que siente usted por mí que soy una chola grande, guapa y con mucha plata…”
Recapacité sobre el diagnóstico de mi comadre Macacha y reconocí que la doctora de Quillacollo tenía algo de razón, agradeciendo a Dios que mi “evitis” no significara admiración por el Presidente Vitalicio de nuestro infortunado país.
Pregunté a mi comadre si yo sufría de otros males en este Día Mundial de la Salud y Macacha me dijo luego de reflexionar unos instantes: “Me parece, compadrituy que usted sufre un poco de “alvaritis” (no laberintitis), un mal menor que el anterior pues consiste en una exacerbación del afecto por sus parientes y eso le he notado por las excesivas muestras de afecto que siente usted por sus numerosas tías, cuñadas y sobrinas, pero su mal no es tan preocupante para la ciencia porque son ellas (sus parientes) las que le regalan plata y se preocupan por las necesidades de usted y no al revés, como sucede en el caso del vicepresidente Alvarín, ‘iluminado pensador’ como le llamó uno de sus más fervorosos ‘llunkus’”.
Como toda consulta se paga, tuve que invitarla a almorzar en el famoso restaurante “Manka Siñani”, situado en la zona de Chijini.