Viernes, 11 de abril de 2014
 

ENTRE COLUMNAS

Cortinas de humo

Cortinas de humo

Rodolfo Mier Luzio.- El uso indebido de influencias en el caso de BoA y otros que son denunciados por la oposición, que ponen al Vicepresidente en el ojo de la tormenta, está motivando la activación de una desesperada campaña mediática que pretende minimizar esos casos, con una serie de cortinas de humo para distraer a la opinión pública de evidencias casi imposibles, o por lo menos, difíciles de negar.
El largo viaje emprendido por el segundo mandatario para ofrecer conferencias magistrales sobre los “exitosos” resultados de una política plurinacional aquí, en Bolivia, tienen por objeto lograr el alejamiento del mandatario de los escándalos... y de los vuelos de BoA.
Como siempre, la prensa o los periodistas son los culpables de todos los males; por eso, ahora se trata de desviar la atención al ex director de Página Siete, acusándolo (¿?) de ser chileno. El periodista sí, como reconoció, nació en Chile, y su padre, como se hace en estos casos, lo inscribió en el consulado boliviano; o sea, es boliviano y aquí puede aplicarse el dicho popular: “No porque los gatitos hayan nacido en un horno, son empanadas”. La Ministra de Comunicación dijo, sin inmutarse, que el ex director de Página Siete es "cabeza de playa" ligado a intereses conservadores chilenos y recordó que Peñaranda, cuando trabajaba en el periódico Página 7, desarrolló una "campaña en contra de los intereses nacionales y en contra de la demanda marítima boliviana". Y ese es un tema que la señora Ministra tiene que probar. Lo del pasaporte y la nacionalidad de Peñaranda es una cosa, pero acusarlo de enemigo de los intereses bolivianos, suena a desesperación y a curarse en sano de lo que el periodista diga en su libro “Control Remoto”.
Pero, por otro lado, no se dice nada de un peruano operador mediático en el Gobierno, acusado por su país de ser un terrorista. Tampoco se habla de venezolanos y cubanos incrustados en las esferas de Gobierno que son utilizados también como operadores de mandil blanco del régimen; hasta la Ley de Minería salió a flote provocando bloqueos, muertos y heridos, para que los bolivianos nos olvidemos de algunos negocios que no terminan de aclararse porque no interesa que sean investigados transparentemente.
Hasta el tema marítimo es reflotado, y esa ya es una costumbre, una estrategia utilizada especialmente por anteriores gobiernos, especialmente los de las dictaduras, sabiendo que es un tema muy sensible para los bolivianos; por lo tanto, una excelente cortina de humo para distraer nuestra atención de peligrosos temas que ensombrecen el panorama preelectoral del MAS.
El ataque no es defensa, sólo sirve para mostrar y reconocer culpas, a falta de argumentos para negar las acusaciones. La defensa a los supuestos ataques por los negociados y uso indebido de influencias, por el contrario, debería permitir y ayudar a una investigación seria y en el marco de las leyes vigentes y hacer que los bolivianos conozcan la verdad. Es un derecho que nos asiste como ciudadanos.
Por lo menos...esa es mi opinión.