Lunes, 21 de abril de 2014
 
10 y 60 años, mucho más que sólo medio siglo de diferencia

10 y 60 años, mucho más que sólo medio siglo de diferencia

Alan Gutiérrez Marconi.- Aquel niño de diez años siempre prefirió su juego de video o la televisión a la compañía del abuelo. El viejo de sesenta años miraba con ternura sincera al pequeño mientras que el niño siempre que podía evitaba tener siquiera que mirar al anciano.
Diez años más tarde y muchos errores cometidos, aquel que es ahora un joven confundido de veinte y que está casi al borde del precipicio, vuelve el camino diez años atrás y recuerda la imagen de alguien que no fue ninguno de sus padres que le dieron todo lo que quiso o alguno de sus amigos que a lo largo de los años estuvieron siempre con él, pero no para prevenirle del peligroso camino que andaba; recuerda que alguien con el rostro ahora aún más arrugado y la cabeza completamente blanca, estuvo para él siempre y sin condiciones, mientras que al mismo tiempo veía a sus padres siempre apurados e inconformes exigiéndole siempre más y más; recuerda aquellos ojos llenos de paz que nunca le miraron de otra manera, siempre dispuestos y a la espera del momento de responder a su llamado, y entonces se encontraba haciendo algo que jamás habría imaginado, pero por primera vez no pudo encontrar al abuelo en casa, ya que estaba en el hospital al que llegó lo más rápido que pudo. El corazón enfermo del anciano tenía pocos minutos más por resistir, pero se regocijó por última vez al ver a su joven nieto.
El abuelo había hecho todo lo que podía hacer y con su abnegación e infinita paciencia le había enseñado algo que no conocía y que jamás iba a olvidar… ¿Si acaso será suficiente?