PONTÍFICE. Francisco protagoniza la misa de Pascua ayer, en la plaza de El Vaticano.
PIDIÓ EL CESE DE LOS CONFLICTOS, "GRANDES O PEQUEÑOS"
Francisco invoca a la paz mundial en misa pascual
Francisco invoca a la paz mundial en misa pascual
Francisco llamó a la reconciliación y concordia para lograr pacificar Venezuela
Ciudad de El Vaticano/EFE
El Papa Francisco clausuró ayer la Semana Santa con la ceremonia del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, que estuvo sucedida por su mensaje de Pascua, en el que invocó a la paz mundial y pidió el final de todos los conflictos "grandes o pequeños, antiguos o recientes".
Así como lo hiciera el pasado año, Francisco volvió a utilizar su mensaje de Pascua para llevar a cabo un llamamiento desde el balcón central de la basílica con el que solicitó el final de conflictos que se desarrollan actualmente en Siria, Ucrania, Irak, la República Centroafricana o Venezuela.
Sobre Venezuela pidió que "las almas se encaminen a la reconciliación y a la concordia fraterna" para poner fin, así, a este conflicto entre el Gobierno de Nicolás Maduro y sus opositores.
También solicitó a Cristo que interceda para poner fin a la epidemia de ébola en países como Liberia, Sierra Leona o Guinea.
Del mismo modo, Bergoglio se encomendó a Jesús para que le ayude a derrotar "la plaga del hambre" agravada, a su juicio, por estos conflictos y por "los inmensos desperdicios".
El Papa Francisco, como es tradición, pronunció este mensaje desde la logia central de la basílica de San Pedro del Vaticano, ante 150 mil personas que participaron ayer en la ceremonia del Domingo de Resurrección y que recibieron la tradicional bendición "Urbi et orbi" (para la ciudad y el mundo).
El mensaje de Francisco estuvo precedido por la misa del Domingo de Resurrección, que cierra la Semana Santa y en la que el Papa no pronunció ninguna homilía.
La misa tuvo una duración de poco más de una hora y, a su término, el Papa fue recogido por su papamóvil desde el que, señalando a su reloj y riendo, dijo a los Cardenales sentados en la zona preferencial que no tenía tiempo de saludarles.
Y es que diez minutos más tarde el Pontífice debía asomarse a la logia central del templo para hablar y bendecir a "Roma y al mundo".
Sin embargo, sí tuvo tiempo para recorrer brevemente la plaza de San Pedro, saludar a los fieles que le aclamaron y le ovacionaron con banderas de diversos países de todo el mundo.
Con esta bendición, el Obispo de Roma puso fin a la Semana Santa aunque regresará hoy a la plaza vaticana para rezar el Regina Coeli, la oración que sustituye al Ángelus en tiempo de Pascua.
La Santa Sede se prepara, ahora, para celebrar, el próximo domingo, las canonizaciones de los pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II, un acto conjunto en el que se espera la participación de miles de personas que abarrotarán el pequeño Estado y la capital italiana.
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