Agradable sorpresa
Agradable sorpresa
Gastón Solares Ávila.- Durante los días de Semana Santa, es tradicional la visita al cerro Churuquella en cuya cumbre está la hermosa imagen del Corazón de Jesús, que fue colocada celebrando el primer centenario de la fundación de la República. Ese cerro, inicialmente pelado, está ahora cubierto con muchos eucaliptos.
La cantidad de gente que se ha dado cita en nuestro emblemático cerro, especialmente el día viernes, es la mejor prueba de que en Bolivia, y obviamente en Sucre, la mayoría de los ciudadanos son creyentes y parte importante de iglesias cristianas y especialmente de la católica, unidas todas por el amor a Jesús y separadas por diferentes interpretaciones de la Biblia y, especialmente, por lo que implica para cada una de ellas la Virgen María.
Ha crecido tanto la ciudad que el camino, ahora empedrado hasta la cumbre, es en realidad una calle que pasa la cuarta estación, ya que a ambos lados hay construcciones de consideración. El camino está en bastante buen estado, con excepción de dos curvas que deberían merecer inmediata reparación para evitar mayor deterioro. Ha llamado la atención la limpieza de toda el área, a pesar de la cantidad de peregrinos y de puestos de comida, lo que demuestra que cuando una zona está limpia, la gente la mantiene limpia porque así como cunde el mal ejemplo, el bueno también lo hace. Además, cosa extraña, se habían colocado varios basureros lo que no es común en la ciudad.
Se ha publicado una noticia relacionada con la necesidad de talar algunos árboles, para permitir que la vieja imagen sea visible desde la ciudad, como ocurría antes. Parece una excelente iniciativa que, bien llevada a cabo, mejoraría el aspecto de nuestros cerros tradicionales, especialmente en la noche si acaso se le devuelve a la imagen su antigua iluminación.
No se sabe si existe algún control para evitar que el camino, y sobre todo la cumbre, tengan una función diferente a la que corresponde y que tiene que ver con la fe de un pueblo pero lo cierto es que, por lo menos en Semana Santa, el lugar estaba impecable, por lo que es justo reconocer la acción municipal que es seguramente la responsable de que esto haya ocurrido.
En los últimos días y por la proximidad de las fiestas mayas, se ha notado cierto entusiasmo en mejorar el aspecto de la ciudad, como una respuesta a grandes esfuerzos, todavía aislados, de personas y de instituciones que se han propuesto participar activamente para que se cumpla este objetivo a cualquier precio.
En los balcones del centro histórico, han empezado a aparecer macetas con flores que ojalá se multipliquen con pelargonias y santa ritas o buganvillas que son las más decorativas. Si además se pintan las fachadas de blanco y de colores suaves acordes con lo estipulado en las ordenanzas municipales, pudiera ser el principio que despierte a las autoridades y a los ciudadanos de esa especie de marasmo colectivo que se ha apoderado de todos desde hace mucho tiempo.
La visita al cerro Churuquella ha sido ciertamente una agradable sorpresa, ya que ha quedado demostrado que una campaña bien dirigida puede incorporar a mucha gente, si acaso se la motiva y se la dirige para que Sucre se conserve como ciudad patrimonial, lo que es una obligación de los ciudadanos y especialmente de las autoridades.
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