Jueves, 24 de abril de 2014
 

TRAGEDIA. Varias personas asisten al funeral de una de las víctimas del hundimiento del Sewol
TRAGEDIA. Varias personas asisten al funeral de una de las víctimas del hundimiento del Sewol

CONTINÚA RESCATE DE CUERPOS EN COREA DEL SUR

El dolor invade a familias a siete días de naufragio

El dolor invade a familias a siete días de naufragio



Número de muertos en la tragedia marina alcanzaba hasta ayer a los 150

Seúl/EFE

Una semana después del naufragio del buque surcoreano Sewol con más de 300 personas en su interior, los buzos recuperaron ayer decenas de cuerpos, en medio del creciente dolor de las familias a medida que se agotan las posibilidades de encontrar supervivientes.
El número de muertos confirmados alcanza los 150, mientras que 152 personas permanecen aún desaparecidas y sólo 174 pudieron ser rescatadas con vida, todas ellas en los instantes posteriores a que el Sewol se hundiera en las aguas el miércoles día 16.
La desolación se hizo más intensa que nunca en la localidad de Jindo, al suroeste del país, donde se concentran los familiares de los desaparecidos, que poco a poco toman conciencia de que ya no verán nunca más a sus seres queridos.
A medida que los buzos iban sacando cadáveres, un total de 29 solo en la jornada de ayer, algunos familiares estallaban en lágrimas al leer en las listas descripciones que correspondían con las de sus hijos, hermanos, sobrinos o nietos.
De las 476 personas que iban en el ferri, 325 eran estudiantes de 16 y 17 años de un instituto de Ansan, en la periferia de Seúl, y la inmensa mayoría de ellos figura en las listas de muertos y desaparecidos.
"Mi niña, ¿dónde vas? Tu abuela está aquí", gritaba entre sollozos en Ansan una anciana que se agarraba desesperada a uno de los numerosos coches fúnebres que transitaban por esta ciudad en la que se multiplican los velorios, relató la agencia local Yonhap.
La mañana del miércoles 16, la tripulación del Sewol solicitó ayuda a los controladores de tránsito marítimo de la isla de Jeju (al sur del país) al observar que el barco se estaba inclinando.
Menos de una hora después ya se encontraba completamente volcado, rodeado de pesqueros locales y operarios de emergencias que evacuaban a quienes tuvieron tiempo de salir.
El fuerte oleaje, las intensas corrientes y la escasa visibilidad que marcaron los días posteriores al naufragio impidieron a los buzos penetrar en el buque y consumieron las escasas posibilidades de hallar supervivientes en bolsas de aire.
Los buzos lograron finalmente penetrar en el comedor, al creer que allí se hallaban la mayoría de los estudiantes.