Jueves, 24 de abril de 2014
 

BUSCANDO LA VERDAD

Incremento salarial y preocupación

Incremento salarial y preocupación

Gary Antonio Rodríguez Álvarez .- Cada año, cerca al 1º de Mayo –fecha simbólica que el Gobierno aprovecha para anunciar el incremento salarial obligatorio por Decreto–, surge la angustia en el empresariado sobre cómo cumplir con pagos cada vez más altos cuando la productividad de la mano de obra no aumenta igual, y entonces surge la pregunta: ¿Cuándo un incremento salarial es racional?
Si se quiere que Bolivia crezca al 7% ó más; si se busca evitar presiones inflacionarias; si no se desea seguir aumentando las distorsiones en las curvas salariales, como ocurre ya por ocho años; si se aspira a crear empleos dignos y sostenibles; si hay conciencia de que la competitividad y la formalidad son importantes, el incremento salarial será racional si refleja la situación real de cada empresa y emerge de una negociación entre las partes, sin mediar presión alguna.
Y es que, como ocurre en un hogar, donde el ingreso es finito y por ello el presupuesto familiar se debe ajustar a la realidad y limitar a los hijos su capacidad de gasto, así pasa en las empresas donde el empleador debe velar por la salud financiera de la misma a fin de evitar que incrementos salariales superiores a su capacidad provoquen situaciones que luego traigan dolor a la familia de los trabajadores que queden sin empleo.
Y, si bien la inflación del 2013 –que milagrosamente no llegó al 6,5%– y el crecimiento de un 6.8% de la economía –dando la sensación de que todo va muy bien en Bolivia– son un parámetro para discutir el incremento salarial, tomar esos indicadores como palabra santa para determinarlo podría acarrear problemas.
He aquí un ejemplo sencillo: Juan tiene cinco autos, Pedro tiene un auto y Carlos no tiene auto, sin embargo –en promedio– ¡cada uno tiene dos vehículos! Si un auto puede transportar a cinco personas, cada uno de los tres –en teoría– debería llevar a diez personas porque la estadística dice que cada uno tiene dos autos, pero en verdad no es así. Juan podrá llevar tranquilito a 10 personas; Pedro sólo a 5 y Carlos deberá andar a pie. ¿No es cierto que los promedios son mentirosos?
Igual pasa con las empresas: algunas podrán pagar más; otras, menos, y muchas no podrán pagar. ¿Por qué? Porque algunas habrán ganado mucho más que otras; habrá las que ganaron poco, quienes no ganaron y las que perdieron.
Por tanto, con un aumento salarial que no refleje la situación real de las empresas formales –las únicas que estarán obligadas a tal pago– ¿no se correrá el riesgo de exponerlas a la informalidad, a languidecer o a realizar despidos?