Miércoles, 30 de abril de 2014
 

RESOLANA

De amores y rencores

De amores y rencores

Carmen Beatriz Ruiz.- En el universo actual de personajes que los medios de comunicación persiguen y nos muestran hay una galería, pequeña pero interesante, cuyo repaso puede hacernos creer que no siempre el poder es codicia, crueldad y soberbia.
Ya casi está cayendo la noche y el hombre sale a paso cansino. Es cargado de espaldas y camina medio encorvado “como perdonando el tiempo”, según dice la canción. Saluda campechano, sube al viejo auto de siempre y se encamina a la chacra donde aún cultiva verduras y cría unas cuantas vacas. Atrás quedan el sillón presidencial y las mil argucias diarias con las que somete, y se somete, al poder. Por supuesto, se trata, como ustedes ya adivinaron, de don Pepe Mujica, actual presidente de Uruguay. Un hombre con el encanto rústico de quien pasó por tanto que ya no tiene que andar seduciendo a nadie. Sólo ser él mismo.
En otro lugar y hace varios años, en medio de los disturbios de millares de estudiantes volcados a las calles, entre pancartas y gritos reclamando sus derechos, una mujer rubia y regordeta, que nos había acostumbrado a su cálida sonrisa, se dirigió a su país pidiendo disculpas. Me equivoqué, les dijo, el sistema de transporte que queríamos aplicar tiene muchos errores, y lo vamos a cambiar. Y miró de frente, igual que siempre. Era, como ustedes quizá recuerdan, la presidenta chilena Michelle Bachelet durante su primer gobierno. Una dignataria a quien admitir un error no le quitó autoridad, sino que le añadió grandeza.
Otra vez en el Río de la Plata. Está sonando el teléfono y quien contesta apenas da crédito a sus oídos. Aquí habla Francisco, dice la voz desde tan lejos y, sin embargo, tan cerca. Una voz capaz de pedir perdón por los pecados de la Iglesia Católica y de negarse a juzgar a quienes no piensan como él. Un hombre, tan hombre, que no necesita los oropeles del poder para ejercer su misión de “hacer lío”.
¿Qué hace tan especiales a estas personas? … y a Dilma Rousseff y a Mandela… Su capacidad de perdonar y seguir adelante con la carga del pasado acomodada donde debe estar… en el polvoriento desván de los recuerdos.
Cinco personajes que hacen un botoncito de muestra, como un súper trébol de la buena suerte para quienes creemos que la política, pese a todo, sigue siendo un camino para servir a la gente. Por eso vienen al pelo las palabras de un combatiente de la democracia: “Cuando un viejo guerrillero, un día encarcelado y humillado, llega al despacho presidencial porque ha sido electo por el voto popular, debe saber que la venganza sólo puede ser un estorbo para gobernar por encima de las pasiones, las propias y las ajenas, así que el primer paso es desterrarlas, la primera de ellas el sentimiento de venganza. Es lo que ocurrió con Nelson Mandela y lo que ocurre con José Mujica, el presidente de Uruguay. Y si nos quedamos en la vecindad, allí está la antigua guerrillera Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, encarcelada y torturada, y Michelle Bachelet, que vuelve a la presidencia de Chile, su padre asesinado por la dictadura de Pinochet” (Sergio Ramírez. En: La Jornada, México, 04.01.14).
El mismo escritor nicaragüense concluye la reflexión escribiendo que la venganza y el rencor son actos lejos de la perspectiva de un estadista obligado a ver el todo de la sociedad y su futuro, y resultan a la postre actos mezquinos. El rencor impide amar, pero, finalmente, amar no es obligatorio; coincidamos en que al menos queremos respeto.