Sábado, 17 de mayo de 2014
 

ENTRE COLUMNAS

Como pedir peras al olmo

Como pedir peras al olmo

Rodolfo Mier Luzio

No hay nada más desagradable que comprobar, una vez más, que un representante por ese Departamento, niegue una vez más su condición de orureño, al no reclamar por otro otra afrenta contra los orureños que consideran que les quitan derechos y juegan con los intereses de esa ciudad, ya acostumbrada a equivocarse a la hora de elegir a sus representantes.
Un diputado elegido por la ciudadanía orureña y que ahora funge, circunstancialmente, nada menos que como presidente de la Cámara de Diputados, vuelve a volcar la cara a la ciudad, de la cual dijo alguna vez que se avergüenza ser oriundo, al aceptar, sin avergonzarse, que Oruro ciudad pierda un diputado uninominal para que vaya a engrosar las filas de los que cumplen a pie juntillas las consignas del gobierno en las provincias.
El mencionado diputado por Oruro se limito a declarara que "Como legislador no me queda otra alternativa que respetar el fallo que ellos han tenido, porque es una atribución del Tribunal Supremo Electoral".
No cuestionamos su militancia oficialista es una decisión personal; pero, lo cuestionable es que debiera prevalecer el mandato que le dieron los orureños al elegirlo como representante, y cumplir con la obligación para con sus mandantes; es decir, velar por los intereses de la ciudad.
¿Será que es una especie de vendetta por que la ciudadanía ha defendido la voluntad de Oruro, de hacer prevalecer su historia y sus tradiciones al no permitir el cambio de nombra del aeropuerto “Juan Mendoza”?
O será que el mencionado diputado confirma su arrepentimiento de haber nacido en la hermosa tierra altiplánica.
Por eso, al momento que los orureños acudan a las urnas debieran tener más cuidado por quién emiten el voto: No vaya a ser que surjan nuevos “arrepentidos” y Oruro capital, nuevamente se sienta huérfana de representación legítima en el Órgano Legislativo. Y recalco, huérfana porque a quienes se eligen, como en este caso, prefieren su sigla política antes que a la región que accidentalmente lo vio nacer.
Ahora, ya es tarde. Oruro, como ciudad capital perderá un diputado uninominal en una circunscripción que se atrevió a cuestionar el cambio de nombre de su aeropuerto. Por eso pedir que se defiendan los derechos de la ciudad en el Órgano Legislativo, sería como pedir peras al olmo. O pretender que todos los orureños, sean verdaderamente orureños. Porque muchas veces los gatitos nacidos en un horno, no siempre son empanadas. Qué pena.
Por lo menos...esa es mi opinión.