Domingo, 18 de mayo de 2014
 

KUTI VUELTA

Antofagasta, tierra hermosa…

Antofagasta, tierra hermosa…

Gustavo Rodríguez Ostria / 8 de mayo. El aula está llena. Jóvenes estudiantes y un puñado de docentes de la Universidad Católica del Norte (Antofagasta). Me invitaron a hablar del tema del mar. Advierto que lo que diga es una perspectiva personal y no oficial. Soy un universitario que dialoga con sus colegas.

Afirmo que Antofagasta fue boliviana y con el Tratado de 1904, Chile nos lo arrebató a la fuerza. Desde hace más de un siglo —continúo— Bolivia busca recuperar una salida soberana al Pacífico, pues es su derecho inalienable y porque enclaustrada no goza de los beneficios del mar. Estudios de organismos internacionales han demostrado que los pueblos sin mar ven retrasado su crecimiento económico. Desde el 2006, el presidente Evo Morales y el Canciller David Choquehuanca intentaron una inédita aproximación a Chile. Nunca antes las relaciones bilaterales tomaron ese rumbo. En un gesto amistoso el presidente Morales visitó Chile varias veces y diversas delegaciones establecieron lazos dentro de la “Diplomacia de Los Pueblos” y la “Agenda de los 13 Puntos”. Giro que fue posible –explico– por el amplio apoyo del que goza el gobierno de Morales y porque su política con Chile parte de una nueva perspectiva, basada en la cosmovisión indígena, que busca la complementariedad de los opuestos y no el conflicto. El norte chileno ganaría integrándose con una Bolivia marítima, pues contamos con agua, electricidad y gas, que su economía requiere.

La Agenda, que contemplaba un diálogo sin restricciones sobre el tema marítimo, no llegó a buen término. El presidente Piñera pateó el tablero y no dejó otra opción a nuestro país que acudir a la Corte Internacional de la Haya; acto que no puede entenderse como una agresión sino como el ejercicio de un derecho. Recordé que en 1950 y 1975 Chile hizo promesas a Bolivia de negociar una salida al Pacífico con soberanía, que tampoco fructificaron. Chile nunca pensó que ellas pudieran constituirse en la base de la Memoria boliviana que se cimenta en esos “Actos Unilaterales de los Estados” y no en la nulidad del Tratado de 1904. La Memoria es reservada —advierto— y no es posible dar más detalles que los que ya son públicos.
Hay preguntas, serenas, participativas e inteligentes. Ese 8 de mayo miles de estudiantes han marchado por todo Chile, contra la lógica de mercado que prevalece en su educación. Estoy frente a esa generación portadora de nuevas sensibilidades políticas para su país y su relación con el nuestro. Los movimientos sociales son aún débiles para torcer el curso de los acontecimientos y están además metidos en su propia agenda. Entre tanto la vieja camada política chilena parece cocinar otro rumbo; en verdad el de siempre. Es su derecho solicitar una "excepción de jurisdicción" pues forma parte de las reglas del juego que marca la Corte en su Reglamento. Si lo hace, el tribunal suspenderá el tratamiento de fondo y solicitará a Bolivia presentar sus observaciones. Luego de oír a ambas partes, por medio de un fallo, decidirá aceptar o rechazar la excepción solicitada por Chile. Veremos qué ocurre.