LIBERTARIA
Capitalismo on line
Capitalismo on line
Luis Christian Rivas Salazar.- En marzo de 2000, el premio Nobel de Economía Milton Friedman participó de una entrevista denominada: "The economy's new clothes", donde aseguraba que Internet estaba transformando no sólo las formas de comunicación, sino también la manera de hacer negocios. Este fenómeno conlleva una prosperidad imparable, en lo que llamó un "long boom" del mercado.
Friedman estaba tratando un tema nuevo en el ocaso de su vida. Afirmaba que Internet reduce el Estado, porque puede complicar la recaudación de impuestos. Una de sus grandes virtudes es que permite a las personas hacer transacciones a distancia, anónimamente, a través de varios países, en secreto, de forma encriptada. Ese efecto es lo suficientemente amplio para la oferta y la demanda. Por ejemplo, una persona puede vender un celular usado sin aumentar el precio por pago de impuesto. De forma similar, grandes compañías extranjeras contratan gente en países como la India para trabajar para ellos (lo que se denomina outsourcing) y les están pagando en la India remuneraciones que no se contabilizan para fines tributarios en los países de origen de estas empresas. Entonces, dice Friedman, existe una adicción mundial para evadir impuestos gracias al Internet. Las transacciones no pagan impuestos o son realizadas en países con menores cargas tributarias, la tecnología reduce la intervención del Estado.
Los gobernantes ven con recelo este fenómeno y buscan formas de controlar, vigilar y penalizar la libertad económica mediante la misma tecnología o mediante normas legales. Por ejemplo, en Bolivia, en diciembre de 2013, la administración tributaria ante la expansión masiva del comercio electrónico emitió la Resolución Normativa de Directorio No. 10-0044-13 sobre ventas de bienes por medio de sitios Web, redes sociales, redes informáticas alojadas en Internet, advirtiendo la obligación de facturar ante la expansión masiva de operaciones de compras y ventas, estableciendo fuertes sanciones económicas a vendedores e intermediarios que no facturen, como a los portales de los sitios que no muestren en lugar visible el Número de Identificación Tributaria.
Desconozco qué medios están usando y buscando utilizar los gobiernos para controlar tantos datos y transacciones que se dan a cada minuto; el ojo orwelliano no duerme.
Está claro que las empresas formalmente registradas utilizan sus portales digitales como plataformas, a modo de vitrinas virtuales, para mostrar bienes y servicios a sus clientes y posibles clientes nacionales o extranjeros. El uso y visibilidad en los medios electrónicos es de vital importancia comercial, una especie de inversión para promoción y ventas satisfactorias.
Pero no sólo los formales utilizan estas herramientas. También millones de héroes anónimos venden desde sus perfiles, muros y grupos abiertos o cerrados desde inmuebles, vehículos, celulares, maquinaria, servicios, etcétera, tratando de sobrevivir a pesar de la confiscación a la que están expuestos, informales a quienes el Estado mira como delincuentes por estar penalizada la evasión de impuestos.
Millones de personas instalan y usan estas y otras tiendas virtuales intentando ganar confianza con sus clientes, mediante catálogos, manuales, demostraciones, referencias, calificaciones, comentarios, etcétera, para hacer negocios desde sus casas, oficinas, desde sus celulares. Esta forma que tienen millones de personas en el mercado virtual de ejercer con tanta facilidad la libertad económica hubiera sido de mucho agrado para Milton Friedman.
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