Martes, 27 de mayo de 2014
 

LA CURVA RECTA

Emiliana tiene la razón

Emiliana tiene la razón

Agustín Echalar Ascarrunz.- Doña Emiliana Aiza, que hace algo más de un año pidió la expulsión de la Iglesia Católica de suelos patrios, debido a que ésta sería explotadora y enemiga de los indígenas, ha cobrado una nueva notoriedad porque ha dicho algo que por lo menos suena muy mal.
En las redes sociales la han tratado de todo, y tengo que decir que cuando leo el tipo de críticas que se le hizo a la diputada en cuestión, no dejo de sentir un poco de empatía por personas que son atacadas porque, producto de nuestra compleja historia, no deja de haber un tufillo racista en esas aseveraciones.
Aclaro que cuando escribo esto me estremezco, porque recuerdo la manera tan canalla que tienen los del Gobierno de descalificar a quienes los critican, recurriendo al fácil y recontra usado argumento del racismo local.
La diputada Aiza, por lo poco que sabemos de ella, es una persona irreflexiva y torpe de entendederas. Las declaraciones que hizo contra la Iglesia, cuando monseñor Solari hizo algunas aseveraciones respecto al tema de las drogas en el Chapare, son completamente destempladas.
Si Juan Ramón Quintana fuese menos paternalista (y eventualmente racista) le habría hecho un escándalo de grandes dimensiones por tratar de enemistar a la Santa Madre con el Gobierno; no olvidemos sus desaforadas intervenciones condenando la noticia sobre la supuestamente tácita excomunión de cuatro ministros de Estado que se hubieran pronunciado a favor del aborto.
Esta vez, quienes por cálculo político o por rechazo visceral al masismo han escuchado en las declaraciones de la señora una justificación del actuar del alcalde de Pocoata, han desoído una verdad incuestionable.
Vayamos por partes: llamar error a una violación y a un asesinato cometido en estado de ebriedad, ¿es un error? Lo dudo. Si fuese sólo un error se lo paga con 30 años de cárcel, porque además de ser un error es un delito que está tipificado en nuestra economía jurídica.
En las declaraciones de la señora Aiza no he escuchado que ella sugiera que se le debía perdonar al criminal en cuestión nada; lo que ha dicho es que la culpable es la cerveza. Se necesita ser tremendamente malintencionado para pretender que con su aseveración ella estaría queriendo liberar de la cárcel a su camarada de partido para iniciar un proceso a "la cerveza” o a las cervecerías
Lo cierto es que esta mujer torpe, irreflexiva, seguramente muy poco letrada, ha dado en el clavo respecto a uno de los problemas más serios que tiene la sociedad boliviana en sus más diferentes estamentos y compartimientos sociales: el consumo excesivo de alcohol.
Tengo la certeza de que el consumo excesivo de alcohol puede hacer que las personas hagan o digan cosas de las que luego se pueden arrepentir, y creo que la mayoría de los grandes actos de violencia que se cometen en nuestra sociedad y que la mayor parte de los actos de violencia que se cometen contra mujeres y contra niños están relacionados con el consumo descontrolado de alcohol. Estoy seguro de que hasta los embarazos no deseados, esos que luego llevan a los abortos clandestinos y la muerte de muchas mujeres, también están relacionados con la vil borrachera.
¿Hay una política seria para modificar este comportamiento en nuestro país? Por supuesto que no estoy abogando por una solución prohibicionista, ni norteamericana ni islámica, pero estoy seguro de que hay algunas medidas intermedias que tienen que ser tomadas y respetadas.
Mientras tanto, es bueno saber que el presunto violador y asesino esté siendo juzgado, y es muy bueno saber que hay una diputada que ha tocado un aspecto de este terrible suceso, que es verdaderamente importante.
Las siguientes preguntas que tocan hacerse son mucho más complejas, entre otras: ¿por qué necesita el boliviano común emborracharse tanto? ¿Por qué casi no puede haber felicidad, algo de romance o simplemente sexo sin perder previamente el sentido de las cosas? Ay, los psicólogos y psiquiatras no sólo deben tratarnos por nuestra fijación con el mar...