Martes, 27 de mayo de 2014
 

VISITA, Francisco y el presidente israelí, Simón Peres (i), plantan un árbol en Jerusalén.
VISITA, Francisco y el presidente israelí, Simón Peres (i), plantan un árbol en Jerusalén.

RECORDÓ QUE LA IGLESIA DEBE SERVIR A LOS EXCLUIDOS

El Papa concluye en Israel su estadía en Tierra Santa

El Papa concluye en Israel su estadía en Tierra Santa



Celebró una emotiva misa en el Cenáculo, donde Jesús instauró la Eucaristía

Jerusalén/EFE

El papa Francisco concluyó ayer su primera peregrinación a Tierra Santa con una reunión ecuménica con religiosos y una emblemática misa en el Cenáculo, el lugar en el que Jesús instauró la eucaristía y objeto de disputa entre el Vaticano e Israel.
La simbólica misa, de alrededor de una hora de duración y en varios idiomas, entre ellos el español, fue una de las más emotivas de las que el pontífice celebró en sus tres días de periplo por Tierra Santa, un viaje que inició en Jordania y que le llevó también a Belén y Jerusalén.
Francisco recordó la importancia de esta sala, en el segundo piso de un inmueble que alberga también un santuario judío y uno musulmán.
"En el Cenáculo, Jesús resucitado, enviado por el Padre, comunicó su mismo Espíritu a los Apóstoles y con esta fuerza los envió a renovar la faz de la Tierra", afirmó en una homilía ante personas de su séquito y líderes eclesiásticos de Tierra Santa, en su mayoría obispos y patriarcas de varios ritos.
Entre los invitados no cristianos destacaron el rabino Abraham Skorka y el director del Instituto de Diálogo Interreligioso, el musulmán Omar Abboud, que le acompañaron durante su histórica peregrinación.
Francisco dedicó la última jornada a reforzar el mensaje de "amor y fraternidad" del cristianismo que salió de aquella casa tras la última cena de Jesús con sus apóstoles.
"Nos recuerda (...) el lavatorio de los pies, que Jesús realizó como ejemplo para sus discípulos (...) significa acogerse, aceptarse, amarse, servirse mutuamente. Quiere decir servir al pobre, al enfermo, al excluido", afirmó sobre las cualidades humanas que busca para su Iglesia.
Y en una señal de advertencia destacó también que recuerda "la mezquindad (y) la traición", y que cualquiera "puede encarnar estas actitudes cuando miramos con suficiencia al hermano (y) lo juzgamos".