Jueves, 29 de mayo de 2014
 

SURAZO

M�s incompetentes

M�s incompetentes

Juan Jos� Toro Montoya.- No pude asistir a la mesa redonda que sobre el secreto de la fuente period�stica organiz� la Asociaci�n Nacional de la Prensa (ANP) pero los documentos emergentes de ese encuentro me permitieron formarme una idea aproximada de lo expuesto.
Todas las intervenciones fueron importantes y, sin duda, servir�n incluso para respaldar trabajos de tesis pero la que m�s me llam� la atenci�n fue la del exmagistrado Jos� Antonio Rivera debido a su car�cter t�cnico.
Es cierto. Como dijo el periodista uruguayo Roger Rodr�guez, el secreto de la fuente y las razones para mantenerlo como tal son un tema m�s bien �tico pero la axiolog�a no sirve de nada cuando tienes que hacer valer los derechos de la sociedad ante un tribunal y menos a�n ante uno boliviano.
La mayor�a de los operadores de justicia de Bolivia no razonan. Quiz� agobiados por la carga procesal, se limitan a aplicar la letra muerta de la ley olvid�ndose que en la universidad les recomendaron aplicar el m�todo de las construcciones jur�dicas. Para esos (malos) servidores p�blicos, la �tica es una palabra con significado tan desconocido que no falt� alguno que la escribi� con �h�.
Para esos (malos) servidores p�blicos sirve la exposici�n de Rivera.
El constitucionalista hizo notar que el secreto de la fuente no s�lo est� protegido por la Ley de Imprenta de 1925 sino tambi�n por tratados internacionales a los que nuestro pa�s se ha adscrito. Ese simple hecho desecha la afirmaci�n de que la referida ley es obsoleta.
Vigente plenamente, la Ley de Imprenta no s�lo protege el secreto de la fuente sino que proh�be expresamente que se levante ante un tribunal incompetente. Lo hace en el art�culo 8, que se�ala que �el secreto en materia de imprenta es inviolable� y es m�s espec�fico a�n en el 9: �el editor o impresor que revela a una autoridad pol�tica o a un particular el secreto del an�nimo, sin requerimiento del juez competente, es responsable, como delincuente, contra la fe p�blica, conforme al C�digo Penal�.
Pese a la claridad de esos art�culos, cualquier fiscal, e incluso juez, que recibe el pedido de revelar el secreto de la fuente emite un requerimiento u orden en ese sentido. En otras palabras, al pedir que se levante el secreto del an�nimo, est�n motivando que se viole la ley. �Incompetentes!
En la mesa redonda, Rivera tambi�n hizo notar que la propia Constituci�n Pol�tica del Estado protege el secreto de la fuente en el par�grafo II de su art�culo 130: �La Acci�n de Protecci�n de Privacidad no proceder� para levantar el secreto en materia de prensa�.
Por tanto, el secreto de la fuente no s�lo es una cuesti�n �tica sino que est� legislado; m�s a�n, est� constitucionalizado.
Ser�a bueno que, a partir de la lecci�n del jurista Rivera, los jueces, y especialmente los fiscales �que son los m�s comedidos en esta materia�, entiendan, de una vez, que no pueden volver a pedirnos que violemos la ley.