Jueves, 29 de mayo de 2014
 

CARA O CRUZ

Evo en la Liga

Evo en la Liga

Raúl Peñaranda U..- La extraordinaria maquinaria de la propaganda gubernamental tiene por objeto que el presidente Evo Morales haga noticia todos los días (todos). El tema más reciente introducido en la agenda mediática es la decisión del Mandatario de jugar tres partidos oficiales de la Liga Nacional de Fútbol vistiendo la casaca de Sport Boys, un club dirigido por un oscuro masista, Mario Cronenbold, que estuvo preso en Palmasola acusado de legitimación de ganancias ilícitas, asociación delictuosa y encubrimiento tras ser relacionado con el colombiano John Wilson Díaz, buscado por tráfico de drogas. La ministra de Transparencia, Nardi Suxo, y el resto del Ejecutivo ni se mosquearon ante el hecho de que un militante del MAS haya sido acusado y detenido y que luego pudiera volver a su cargo tan campante y que, además, tenga chances de reunirse con el Presidente, de quien se jacta de ser su amigo.
Que un político desee estar en las primeras planas de los diarios no es ni novedad ni algo malo. Los políticos viven de que su imagen sea expuesta (ojalá por buenas razones, aunque muchos prefieren incluso la ‘mala prensa’ a no tener ninguna) ante los ojos de la opinión pública. Por eso esta iniciativa es adecuada desde el punto de vista de los intereses del club y de la candidatura a la re-reelección del Presidente.
De hecho, gracias a esta movida, miles de personas hablan sobre el tema y, seguramente, muchas de ellas escucharon por primera vez el nombre de Sport Boys, el equipo de Warnes que es el ‘benjamín’ del fútbol nacional. Así que Cronenbold ha hecho bien, considerando sus intereses como dirigente deportivo. No hay nada criticable en ello.
Donde sí se hallan aspectos reprochables es en el plano legal, un tema identificado por el padre Eduardo Pérez, director de radio Fides. Pérez hizo notar que un funcionario público no puede recibir un pago que no sea su salario estatal, excepto para casos de docencia. Por otra parte, Cronenbold reconoció que en la Liga del Fútbol nadie puede jugar sin un salario. Así que, con su reconocida viveza criolla (que a veces lo hace ir tras las rejas), ofreció esta solución: pagarle 1.400 bolivianos (el salario mínimo) al Presidente por concepto de “viáticos”. Bueno, ello también está prohibido por la ley. Así que o Evo se resigna o sale con su gusto y viola la norma.
Pero el aspecto criticable que considero el más grave es el hecho de que el presidente Morales esté seriamente pensando en su participación en la Liga del Fútbol. No es para él solamente un ardid publicitario, que sería algo comprensible. Cronenbold ha revelado que el Presidente ha contratado a un “entrenador personal” para que le ayude a mejorar su estado físico antes de su presentación en los partidos de la Liga (pero nunca logrará, con sus 54 años, competir con jugadores profesionales a quienes dobla en edad). Un Presidente debe concentrar todos sus esfuerzos en gobernar, que quiere decir, en el fondo, tomar decisiones. Para ello debe analizar los temas, escuchar diferentes opiniones y sospesar las consecuencias de sus actos. Destinar horas en entrenamientos para asistir a un partido de fútbol, en el que no será competitivo de ninguna manera, demuestra que las prioridades del Jefe de Estado están equivocadas, que se mueve por caprichos de un caudillo más que por tomar decisiones estratégicas de interés nacional.
Perder horas valiosas con “entrenadores personales” es inaceptable para un Jefe de Estado, pero es concordante con un liderazgo que no cree en la moderación, en los límites, en la prudencia.