TROPAS. Soldados ucranianos descansan en un puesto de control en el este del país.
LOS FUNCIONARIOS FUERON DETENIDOS POR CIVILES ARMADOS EN LUGANSK
Rebeldes prorrusos retienen a cuatro observadores europeos
Rebeldes prorrusos retienen a cuatro observadores europeos
La ONU expresa su preocupación por la situación de inseguridad en el este ucraniano
Kiev/EFE
Los rebeldes ucranianos retuvieron ayer a otros cuatro observadores de la OSCE, con lo que ya son ocho los que están en su poder, en un intento de frenar la ofensiva ucraniana con artillería y aviación contra los bastiones prorrusos del este de Ucrania.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) reconoció haber perdido contacto con un segundo grupo de observadores, en esta ocasión en la región de Lugansk.
Al parecer, los observadores internacionales fueron detenidos por hombres armados en la ciudad de Severodonetsk, 100 kilómetros al norte de la capital regional (Lugansk), lo que fue confirmado por los propios insurgentes.
El líder del separatista Frente del Sureste, Serguéi Veselovski, informó a las agencias rusas sobre la detención de los cuatro europeos que "viajaban de manera descarada por toda la región sin avisar a nadie".
"Cuando se comprobó que son representantes de esa organización internacional y no tomaron parte en provocaciones se les advirtió de que no debían desplazarse sin acompañamiento y documentación necesaria. Nuestros milicianos les enseñan lo que querían ver. Les acompañamos por todas partes y les ayudamos", precisó.
Otros cuatro observadores de la OSCE permanecen retenidos desde hace varios días por milicianos prorrusos, como reconoció el autoproclamado alcalde de Slaviansk, Viacheslav Ponomariov.
Al respecto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó su profunda preocupación por la retención de los observadores y pidió a todas las partes del conflicto que les permitan ejercer su labor.
Los ocho observadores, a los que se suma un intérprete ucraniano, forman parte de la misión de la OSCE desplegada en Ucrania desde marzo pasado y que está integrada por unos 200 civiles de 41 países.
Por otra parte, después de que los insurgentes reconocieran por primera vez que ciudadanos rusos integran las filas rebeldes, la prensa ucraniana informó que entre 35 y 45 milicianos chechenes habrían muerto en los combates contra las fuerzas gubernamentales.
Al parecer, sus cuerpos fueron repatriados ya a Chechenia, cuyo presidente, Ramzán Kadírov, negó rotundamente que haya ordenado el envío de un destacamento al país vecino, aunque en varias ocasiones amenazó a Kiev con el uso de la fuerza.
La agencia UNIAN cita a chechenes vecinos de los caídos en los combates en las regiones insurgentes ucranianas de Donetsk y Lugansk, quienes aseguran que algunos son mercenarios que sirvieron en los servicios especiales rusos.
Tras la desintegración de la Unión Soviética, Rusia utilizó a destacamentos chechenes en algunos conflictos como Abjasia, pero esta práctica terminó con el estallido de la guerra de Chechenia en 1994.
Proceso penal
En relación al uso de armamento pesado contra las poblaciones del este prorruso, Rusia abrió un caso penal contra Ucrania por el uso de métodos de guerra prohibidos.
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