ESCENARIO GLOBAL
Ecuatorianos debaten sobre reelección indefinida
Ecuatorianos debaten sobre reelección indefinida
Alberto Zelada Castedo.- Al cumplir el primer año de su tercer mandato, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció su apoyo a la idea de Alianza País, la agrupación política que lidera, de llevar adelante un proceso encaminado a una enmienda constitucional destinada a posibilitar la “reelección indefinida” de las autoridades electas, incluidos el presidente y el vicepresidente de la república. En la actualidad, la reelección está autorizada por una sola vez.
Tanto el día de este anuncio como el último fin de semana, el primer mandatario se cuidó de advertir que este apoyo no debe ser interpretado en sentido de que él personalmente tiene el propósito de intentar su reelección al finalizar su actual mandato. “Apoyar la enmienda en la Asamblea –subrayó– no significa que yo me voy a lanzar a la reelección”. Aclaró que, en todo caso, la necesidad de hacer factible la reelección indefinida surge del riesgo de una “restauración conservadora” que podría echar por tierra los logros de la “revolución ciudadana” que aún se encuentra en curso.
Con todo, Correa no descarta totalmente la posibilidad de intentar el camino de la reelección en caso de ser aprobada la enmienda constitucional. “Entiendo bien –ha dicho– que mi vida ya no es mía: es de mi pueblo y de mi patria y estaré donde me exija el momento histórico”.
Es muy probable que el ánimo del primer mandatario ha sido influido por los resultados, poco satisfactorios para su agrupación política y sus candidatos, de la última elección para alcaldes y consejeros municipales. Alianza País fue derrotada en las tres principales ciudades del país: Quito, Guayaquil y Cuenca, y cedió el lugar a la oposición en numerosos municipios provinciales. Es a este fenómeno al que Correa atribuye el sentido de una “restauración conservadora”.
Algunos analistas, como Lolo Echeverría, interpretan que al explicar los motivos de la movida hacia la reelección indefinida, tanto el presidente como Alianza País han optado por la teoría del “mal menor”. En apoyo de su tesis, cita las palabras de Correa en sentido de que “algunas veces sólo puede elegirse el mal menor” y, por consiguiente, apoyar la iniciativa de enmienda constitucional. Dicho en otros términos, la reelección indefinida es un mal, pero es un mal menor que el retorno de la “derecha”.
Lo primero que se ha puesto sobre la mesa en el debate abierto por la iniciativa de Alianza País es la forma de llevar adelante la misma. No está claro si la vía es la de una “enmienda” constitucional o, más bien, la de una “reforma” constitucional.
Tal como explica otro analista y líder político, César Montúfar, la enmienda se aplica cuando no están en juego cuestiones que hacen a la “estructura fundamental” del Estado, a su “carácter” y “elementos constitutivos”. La reforma, en cambio, puede abarcar estas materias y, por consiguiente, introducir los cambios estructurales que se convengan. En razón a sus alcances, a cada una de estas formas corresponden procedimientos diferentes. En el caso de la primera –explica el comentarista– es posible hacerla por la vía de simple trámite parlamentario, sin consultar a la ciudadanía. En el caso de la segunda, en cambio, se requiere la aprobación de todos los electores en un “referéndum vinculante”. Corresponde a la Corte Constitucional definir cuál es la vía a seguir una vez que la iniciativa le sea sometida por sus autores o por las autoridades de la Asamblea Legislativa.
Voceros de Alianza País se han adelantado a señalar que lo que se requiere es una simple enmienda, pues la cuestión de si será posible o no implantar la reelección indefinida no hace a la estructura del Estado ni a sus elementos constitutivos. El adoptar este criterio, al menos en principio, se explica por el hecho de que el partido gobernante goza de una representación en la Asamblea Legislativa suficiente para aprobar un proyecto de enmienda.
Para comentaristas especializados, como Francisco Guerrero, profesor de Derecho Constitucional, la actual Constitución define al Estado ecuatoriano como un “Estado democrático”. Y si “uno de los principios de la democracia es la alternancia en el poder”, el asunto de la reelección indefinida atañe a la “estructura fundamental” del Estado y debe ser objeto de una “reforma constitucional”, a ser ratificada por la mayoría de electores en un “referéndum”.
Es seguro que, en lo que resta del año, continuará el debate sobre esta delicada cuestión. Sea por el camino de una “enmienda” o por la vía de una “reforma”, si la iniciativa de Alianza País tiene éxito, Ecuador sería, junto con Venezuela, Nicaragua y Cuba, el cuarto país de la región en incorporar en su normativa constitucional la institución de la “reelección indefinida” de funcionarios elegidos por voto popular.
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