Miércoles, 11 de junio de 2014
 

EDITORIAL

Bolivia ante el desafío alimentario

Bolivia ante el desafío alimentario



Por ser uno de los países con mayor potencial en el rubro agroalimenticio, Bolivia debe dar prioridad a la adopción de una política sobre el tema

Hace poco más de un mes, al iniciarse el mes de mayo, el Global Harverst Initiative (GHI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentaron un informe titulado “La próxima despensa global: Cómo América Latina puede alimentar al mundo”. En él, plantean que uno de los mayores desafíos que espera a la humanidad actual durante las próximas décadas es el crecimiento de la población mundial, lo que sumado a cambios radicales en las dietas ejercerá una gran presión sobre la agricultura y los sistemas alimentarios del planeta.
Dadas las tendencias actuales, afirma el estudio, existe un enorme potencial de que se disparen los precios de los alimentos y se generalice el hambre. Para satisfacer la demanda prevista, el estudio recomienda que los Gobiernos y los productores concentren sus esfuerzos en el desarrollo de sistemas agrícolas y de producción alimentaria que sean ambientalmente sostenibles y orientados hacia el mercado.
Sobre la primera característica de los sistemas alimentarios recomendados, la relativa a que sean “ambientalmente sostenibles”, no hay discusión posible, pues parece algo tan obvio que no admite discrepancia posible. A no ser, claro, que se profundice sobre las muchas posibles interpretaciones de lo que esos conceptos significan.
El segundo elemento, en cambio, el que se refiere a la necesidad de que los sistemas de producción alimentaria estén “orientados a los mercados”, se presta a las más intensas polémicas. Es que a la luz de las experiencias acumuladas durante las últimas décadas en todo el mundo, pero en América Latina en especial, no es tan obvia la suposición de que un sistema agrícola más productivo y más orientado a satisfacer la demanda de los mercados internacionales resulte beneficioso para los habitantes del continente latinoamericano.
Ante tal panorama, como suele ocurrir con los temas más polémicos de la actualidad, las opiniones están divididas en un amplio abanico que va desde el desmedido optimismo hasta un pesimismo desolador. En un polo se ubican quienes creen que la explotación intensiva del sector agropecuario latinoamericano dará lugar a una nueva era de bonanza y en el otro quienes consideran que la transformación de Latinoamérica en la “despensa del mundo”, como sugiere el estudio del BID, tendría efectos calamitosos no sólo sobre el medio ambiente sino, y principalmente, sobre el bienestar de los sectores más pobres de la población latinoamericana.
Bolivia, por ser uno de los países con mayor potencial en el rubro agroalimenticio, es también el que con mayor interés y preocupación debe seguir los polémicos intercambios de opiniones que sobre este tema están multiplicándose a lo largo y ancho del mundo. Y debe hacerlo porque el impacto que sobre la cotidianeidad económica, política y social tendrá cualquier decisión que se tome será de una magnitud enorme. En ese contexto, casos recientes como la polémica desatada con motivo de la liberación o no de las exportaciones de carne es sólo un pequeño pero muy ilustrativo ejemplo de la importancia del tema.