Sucre, ciudad de lo imposible
Sucre, ciudad de lo imposible
Gastón Solares Ávila.- Quién creyera que Sucre se ha convertido en ciudad de lo imposible. Todo se ha vuelto imposible.
En efecto, es imposible mantener la ciudad limpia, es imposible conservarla blanca como manda la tradición. Es, asimismo, imposible ejecutar proyectos como el de la Terminal de Buses, el de los cables subterráneos o el de la planta asfáltica adquirida hace casi dos años.
También es imposible evitar que la ciudad se convierta en mercado, es imposible ordenarla y exigir respeto a las normas porque las autoridades son las primeras en violarlas.
Es imposible lograr que se arreglen los accesos a la ciudad, para que el visitante pueda tener una mejor impresión al llegar a la Capital boliviana y es imposible ampliar las aceras y restaurarlas para que los peatones puedan admirar lo que queda de esta ciudad todavía patrimonial.
Es también imposible persuadir a la gente para que decore sus balcones con flores ornamentales, nadie entiende el concepto de campaña. Falta entusiasmo, motivación, liderazgo.
En cuanto a orden y educación vial de conductores y peatones, sólo existen esfuerzos aislados y esporádicos como el de las cebras. Es imposible pensar en una acción integral.
Por otra parte, es imposible exigir que se terminen las nuevas construcciones, todas se quedan a medias por falta de una adecuada legislación impositiva. Por tanto, Sucre parece una ciudad a medio construir, es imposible exigir su conclusión por lo que de ciudad blanca nos hemos convertido en ciudad del ladrillo visto sin terminar.
La causa de esta deprimente situación: Nosotros mismos, empezando por las autoridades municipales porque es imposible que trabajen por la ciudad. Ya no es el gobierno central el que nos margina, es la incapacidad, la falta de autoridad, la ineficiencia llegada al extremo, el poco amor a la ciudad y a la región y el excesivo amor a los intereses personales y partidarios los que están haciendo que Sucre esté cada día peor.
Parece que todos nos hubiéramos puesto de acuerdo en atentar contra ella, como los transportistas que tienen una manera sui géneris de defender el mercado cruceño, evitando que la carga vaya y bloqueando la ciudad para destituir a un director. ¿Quién los habrá nombrado síndicos, o accionistas y qué ley amparará sus abusos en contra de toda la colectividad? Y EMAS, ¿para sus actividades en contra de la Alcaldía, o de la salud y de la imagen de todo el pueblo?
La elección de la nueva directiva del Concejo después de insólitas alianzas, se dicen justificadas por la necesidad de un acuerdo institucional que salve la gestión. El tiempo dirá si esto es o no cierto, pero lo evidente es que la lealtad, la consecuencia, la dignidad y la corrección, deberían ser aliados de la eficiencia y no justificativos para levantar las manos en señal de victoria, cuando hace poco se las levantaba para acusar.
Nadie quiere pelea entre coterráneos, todo lo contrario. Tiene que haber capacidad para trabajar en equipo, dejando las diferencias políticas para dar paso a la eficiencia de una gestión en la que todos deberíamos estar empeñados en sacar adelante.
Eso de que el fin justifica los medios veremos si resulta, pero la primera inconsecuencia se produjo al iniciar la gestión, no dio resultado y teóricamente tenía la misma intención. La falta de lealtad no recibe premio. Ahora somos los propios chuquisaqueños los que tenemos que reaccionar para hacer de Sucre una ciudad digna y de progreso. ¿Con qué cara irán a la próxima elección los responsables de la situación actual, que han hecho de Sucre la ciudad de lo imposible?
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