SURAZO
Una mafia mundial
Una mafia mundial
Juan José Toro Montoya.- Hace algún tiempo, cuando escribí sobre la forma extralegal en la que se maneja la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, uno de sus dirigentes cuestionó el contenido del artículo a la directora de información del diario La Palabra del Beni, en el que también se publica esta columna. Esa reacción confirmaba parte de lo escrito: que la liga boliviana es intocable y no tolera que nadie se meta con ella.
Lo que pasa en Bolivia se replica en la mayoría de las asociaciones o federaciones afiliadas a la Fédération Internationale de Football Association (FIFA) que es la entidad que controla el balompié o fútbol en el mundo.
¿Es válido llamar “mafia” a la FIFA? El Diccionario de la Real Academia Española dice que “mafia” es “organización criminal de origen siciliano” y “cualquier organización clandestina de criminales” pero también la define como “grupo organizado que trata de defender sus intereses”.
La FIFA se rige según una normativa propia, traducida en estatutos, y, al hacerlo, pasa por encima de la normativa de los países en los que tiene organizaciones afiliadas. Debido a ello, no sólo es difícil sino imposible que un Estado se inmiscuya en sus asuntos. Uno de los últimos en rebotar en el intento fue precisamente el boliviano ya que el gobierno de Evo Morales intentó intervenir en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), con el fin de ayudar a que ese deporte salga de sus crisis, pero debió quedarse quieto porque le advirtieron que, de hacerlo, dejaría al país al margen de la FIFA.
Por eso es que este 12 de junio, cuando gran parte del planeta vive la fiebre del mundial de fútbol Brasil 2014, los bolivianos tenemos que contentarnos con ver el espectáculo desde afuera ya que, después de 1994, nuestra selección no volvió a clasificar a uno de esos torneos. Y, como sabemos todos los bolivianos, la selección no clasifica porque el fútbol está mal manejado, en las manos de los dirigentes de tres organizaciones que no quieren saber de fusionarse en una sola. Desde hace años, muchos de esos dirigentes son los mismos y no pocos se han enriquecido manejando recursos cuya cuantía no se conoce ya que eso forma parte de la autonomía de la que gozan.
La eliminación de Bolivia para este mundial desató la campaña más grande en contra del actual presidente de la FBF, Carlos Chávez, pero no consiguió moverlo del cargo. Cuanto más, dijo que no se postularía a la reelección pero recientemente insinúo que lo haría.
Debido al manejo extralegal del fútbol boliviano, esa isla que existe en nuestro país mediterráneo, no sólo no somos protagonistas de este mundial sino que es imposible participar en por lo menos los dos siguientes.
Y mientras nos lamentamos, y miramos el mundial desde el palco, Chávez está allá, disfrutando del clima brasileño, de sus playas, presenciará los partidos en butaca preferencial y todo, todo con los gastos pagados.
Por eso es que no quieren soltar la mamadera y por eso es que tanto la FIFA como sus afiliadas en Bolivia son, nomás, una mafia que trata de defender sus intereses.
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